A paso lento, pero con el corazón lleno de ganas, don Francisco Montanía (76), apoyado de su bastón, llega cada día a su rincón en la Costanera de Asunción, a metros de la Dirección Nacional de Aduanas, para ofrecer lo que mejor sabe hacer: sándwiches de miga con amor.
El abuelo está siempre vestido con su camisa bien planchadita y pantalón, a pesar de trabajar en la calle.
Prepara sus delicias sobre unas humildes sillas de madera, bajo el sol, el viento o la lluvia. “Si llueve, igual estoy acá. Pongo mi sombrilla y me cubro la espalda con una bolsa”, cuenta mientras sonríe, demostrando una fuerza que conmueve hasta al más duro.
Desde hace 3 años y medio, se queda hasta las 23:00 o 23:30 intentando vender lo más que pueda. Lo hace con esfuerzo, dignidad y una sonrisa que lo caracteriza.
Muchos lo reconocen como el abuelito de los sándwiches. A veces, se acerca a sitios donde hay conciertos o protestas para conseguir clientes.
Su mayor deseo no es descanso, ni vacaciones, ni lujos. Solo quiere un carrito para trabajar más cómodo.
“Eso lo que necesito, un carrito grandecito para vender acá gaseosas, jugo de naranja. Si tengo carrito ko voy a llavear nomás acá”, dijo emocionado en un video que se volvió viral.
Fue Esteban Samaniego, un joven tiktokero, quien grabó a don Francisco y lo presentó al mundo. El video ya tiene más de 16.000 Me gusta y cientos de personas dejaron comentarios de cariño y admiración.
Ahora, jóvenes solidarios se están organizando para ayudarlo a cumplir su sueño.“Él se merece trabajar con dignidad. Nos demuestra cada día que el trabajo honesto vale oro”, expresó una joven en redes.
Ojalá su carrito llegue pronto. Porque si alguien se lo merece, ese es don Francisco, el abuelo de los sándwiches que nunca se rinde.