29 abr. 2025

Vendió pocos sándwiches en Caacupé y recibió milagrosa ayuda

Posteó su drama en Facebook y le llegó una avalancha de solidaridad, con voces de aliento; le quedan pocos productos.

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Ya se vació una conservadora y hay esperanza de que venda todos sus productos (Foto: Mirna Casales).

Con toda la ilusión del mundo, un matrimonio invirtió el dinero que era para pagar el alquiler de la casa donde vive, en mandar hacer 350 sándwiches de milanesa y llevarlos a vender en Caacupé. Para hacer más atractivo su producto, ofrecieron un combo, con jugo de naranja.

Llegaron esta madrugada, alrededor de las 2 de la madrugada, pero lograron vender apenas 50 unidades.

“Todo nos sobró”, se lamentó Mirna Casales Garay, quien se había ido con su marido, Juan Villalba.

Contó su triste experiencia en “Alguien sabe?”, grupo de Facebook, y preguntó “¿cómo podemos hacer para no perder todo?”, acompañando la publicación con una fotografía de una gran cantidad de sándwiches, en conservadoras grandes.

Mencionó que tuvieron que pagar G. 150.000 a un chofer de Bolt, por el viaje de regreso, hasta su vivienda, ubicada en la calle Sierran Morena N° 706, casi avenida San Pedro, San Lorenzo, en el límite con Capiatá, Departamento Central.

El posteo conmovió a numerosos usuarios, quienes no dudaron en darle su voz de aliento y de solidaridad, diciéndole que no pierda la fe ni la esperanza, de que podrá vender todo. Le dieron varias alternativas, como ir a ofrecer cerca de algún hospital, donde siempre hay familiares de pacientes.

Hubo gente que incluso le ofreció enviarle un giro, para tratar de cubrir en algo la cuota de su alquiler.

Volverá, pero como promesera

“De los 300, nos quedan 140 nomás ya, pero muchos pedidos tenemos aún”, contó la doña esta noche, al ser consultada por EXTRA.

“No sabes, una señora nos envió por 80 sándwiches, para regalar; otro por 10; otro por 5; así...”, añadió.

Sostuvo que eso era “una bendición muy grande”. “No pensamos que tanta repercusión iba a tener (su publicación)”, agregó.

Comentó que ya juntaron el dinero para el alquiler y “hasta para pagarle a la señora que nos preparó (los productos)”.

Aseguró que se había encomendado a la Virgen y que pronto volverá con su familia a Caacupé, pero ya como promesera.

Dijo que está casada desde hace 12 años y que tiene 3 hijos.

“Yo tengo empleo, pero mi marido trabaja de guardia y gana poco; él sale a vender otra vez, cuando sale de su trabajo; sándwich y empanda, para poder alcanzar fin de mes”, apuntó.