Daniel Esquivel fue un catequista y electricista paraguayo que, la noche del 2 de febrero de 1977, fue secuestrado por un grupo militar de la dictadura argentina.
Desde esa fecha, nada se supo de él. Tenía 32 años y era un militante social.
Su hermana, Genoveva Esquivel (80) lo buscó de forma incansable por todos lados, donde le decían que se había encontrado alguna pista, pero nada.
Luego de casi 48 años, en noviembre pasado lograron identificar los restos del paraguayo y la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de Capital Federal ordenó la entrega a su hermana Genoveva.
En entrevista con el medio El País, de Argentina, Genoveva señaló que los restos de Daniel serán enterrados el 23 de marzo en la Parroquia Nuestra Señora de los Trabajadores, que el catequista consideraba como su segunda casa.
“Estoy muy emocionada. Agradezco que me encontraron y me hicieron un test de ADN para poder saber si era mi hermano o no. Y sí, sí lo era, encontré a mi hermano”, dijo la melliza.
Sufrió torturas
En una reconstrucción de lo sucedido, detallaron que Daniel fue secuestrado y llevado a la Brigada de Investigaciones de Lanús y desde allí lo enviaron al centro clandestino de detención Vesubio, un centro clandestino donde hacían torturas y exterminios.
Le tuvieron en cautiverio y sufrió torturas antes de ser asesinado y sepultado en una fosa común, sin nombre, en el cementerio de Lomas de Zamora, el 22 de abril de 1977.