Un nuevo libro sobre el “angel de la muerte” Josef Mengele (1911-1979), escrito por el periodista francés Olivier Guez, describe la monstruosa carrera del médico nazi que huyó a la Argentina, vivió en Paraguay y murió finalmente en Brasil.
“La desaparición de Josef Mengele” se titula la novela que tiene gran repercusión en Europa y está entre los finalista del mayor galardón literario en Francia, el “Premio Goncourt”, que se define este lunes y será anunciado el 6 de noviembre próximo.
Mengele vivió en la casa de Alban Krug, en Hohenau Cuatro, Caguarené, (Itapúa), donde era conocido como “el doctor Fritz” a principios de los años 60. El libro reconstruye la vida del médico que utilizaba muchos seudónimos y pudo escapar de la persecución a los nazis porque se había negado a que le tatuaran su identificación bajo las axilas, según el libro de Guez.
Esta es la casa de Hohenau donde vivía Mengele, según la nota de Andrés Colmán Gutierrez, Narciso Meza y César Orué
Mengele inició su recorrida en América Latina en 1949 empezando por Argentina, donde se presentó como mecánico, pero sus maletas llamaron la atención del funcionario de aduanas: contenían jeringas, frascos de sangre, placas, etc. Cuando el oficial le interrogó, pudo zafar diciendo que en sus momentos de ocio era biólogo aficionado.
En Argentina encontró trabajo como carpintero y vivió en un alquiler miserable, pero andaba todo el tiempo aterrorizado: cambiaba permanentemente de itinerario y no se relacionaba con nadie. Su única distracción era la lectura, sobre todo la poesía y la ópera, añade el autor francés.
Consiguió un crédito, compró una casa, pero un día le agarra la policía argentina de la que solo pudo zafar a cambio de una gran cantidad de dinero. Entonces decide huir a Paraguay, sabiendo que Stroessner también era admirador de Hitler.
Por la protección a Mengele, el dictador recibió el embate de la cazadora de nazis Beate Klasfeld llegó al Paraguay en 1985 reclamando que el mismo sea entregado. La activista acusaba a Stroessner de mantener oculto al médico fugitivo.
Mengele huye al Brasil, en una granja aislada de las proximidades de Nueva Europa (Sao Paulo), donde la esposa del granjero, Gitta, descubre su identidad a partir de unos libros que Mengele tenía en su habitación.
Los dueños de la granja no se asustan porque solían odiar a los judíos. Pero ante el temor de que fueran descubiertos con el fugitivo, se mudan a otra hacienda, en Serra Negra (S Paulo), donde el monstruoso médico termina involucrándose con la esposa del granjero.
Mengele entonces termina en una cabaña en un suburbio empobrecido de Sao Paulo. Termina ahogado en 1979 y sepultado bajo una falsa identidad en Embú, región metropolitana del citado estado brasileño. Solo se conocería su verdadera identidad cuando sus restos fueron exhumados 13 años más tarde y se realizaron las pruebas de ADN.
“El Angel de la muerte” vivió convencido de que no hizo ningún mal, y que todo su trabajo consistió en buscar la mejora del ser humano, según el novelista. Mengele había organizado un verdadero laboratorio humano haciendo experimentos con judíos, gitanos y comunistas, a los que inyectaba, asesinaba y realizaba autopsias. Tenía especial predilección por los niños, sobre todo los gemelos, con los que realizaba numerosos experimentos.