Una paraguaya identificada como Mercedes López Sosa (45), quien se encuentra condenada por trata de personas, abuso a un menor de edad y reducción a condiciones de esclavitud, fue detenida en el municipio de Queimados, en el estado de Río de Janeiro, Brasil.
La Policía Federal realizó un trabajo de inteligencia y de cooperación internacional para apresar a la paraguaya, quien se encontraba prófuga de la Justicia brasileña.
La mujer operaba con una red de tráfico de personas donde también estaba involucrado su marido. Atraían a jóvenes paraguayas con la promesa de un trabajo digno como cuidadoras de niños, pero fueron mantenidas encerradas y obligadas a prostituirse.
López Sosa contaba con una guardería en su casa, en Río de Janeiro. Las chicas cuidaban a grupos de hasta 15 niños durante todo el día. Trabajaban al menos 11 horas, pero sin remuneración y vivían en condiciones deplorables.
Las víctimas no tenían permiso de salir de la casa de noche, les quitaron sus documentos y se les prohibió contactar con sus familiares. Como si fuera poco, por las noches y madrugada, eran abusadas por hombres desconocidos que pagaban a Mercedes por el supuesto servicio.
Una de las víctimas logró escapar gracias a los padres de uno de los niños que cuidaba y formuló la denuncia.
Mercedes fue condenada a 47 años de prisión. Su marido, Rodrigo Moreira de Araújo; el hermano de este, Danyel Camilo de Araújo; y un vecino, Eder da Silva Carvalho, también fueron detenidos y procesados por formar parte de la red de tráfico.