Un sepulturero de 72 años se preparó con todo para recibir a un finado en la fría tarde del sábado, en el cementerio Monte Alto, ubicado en la Compañía Tarumandy de la ciudad de Luque.
El trabajador jamás sospechó que en las cercanías del camposanto o incluso entre los que acompañaban al fallecido estaba “camuflayado” un robacoches, quien le iba a dejar sin su vehículo en medio del entierro.
Don Juan José Larrea denunció en la comisaría Comisaria 29 Central, que es el encargado del cementerio y de los entierros y que le robaron del frente a su “lugar de trabajo”, su Toyota modelo Corolla, chapa BTE 744, color plateado, año 2001. Añadió que se encontraba trabajando en el cementerio, momento que estacionó su automóvil en la entrada para que pueda ingresar el vehículo fúnebre.
La carroza entró al cementerio con sus acompañantes y el sepulturero en su apuro no se dio cuenta que dejó la llave puesta por su auto.
Añadió, que acompañó el entierro y al acabarse el sepelio se fue a ver cómo estaba su vehículo y ni de dónde. Hule ya.
JUSTO QUE HACE FRíO
El abuelo se lamentó que le hayan robado su coche justo en momento que se hace un frío que pela y casi todos los días hay trabajo en el cementerio.
Los agentes de la comisaría 29 señalaron que generalmente en las cercanías de los cementerios, se suelen dar casos de tortoleadas.
Esta situación se produce ya que las personas acompañan a sus seres queridos en sus autos y suelen dejar cosas de valor sin prestar mucha atención debido a que atraviesan una situación muy dolorosa con la pérdida de un ser querido. Esta situación es aprovechada por los malandros.
Servido en bandeja
Los policías presumen que esta vez los vizcacheros miraron el vehículo con intenciones de llevarse cosas de valor que estaban a adentro y se encontraron que el auto tenía las llaves puestas y lístoma.