La primera decisión del trillonario árabe que compró recientemente al Newcastle fue rajar al entrenador Steve Bruce que dejó el club en el penúltimo puesto tras ocho fechas disputadas en la Premier League.
El ahora extécnico de Miguel Almirón mantuvo a las Urracas en mitad de tabla para abajo durante las últimas dos temporadas y siempre se caracterizó por un fútbol ultradefensivo, estilo el viejo Tacuary, que los aficionados odiaban ver y por eso lo masacraban.
“Cuando llegué, pensaba que podía con todo, pero ha sido muy duro. Nunca me han querido, siempre he sentido que la gente quería que fracasase y he tenido que leer que era un inútil, un estúpido y un inepto cabeza de repollo. Si ganaba me decían que había tenido suerte o que mi estilo futbolístico era basura”, se descargó en el medio británico The Telegraph.
La mala experiencia vivida con los hinchas blanquinegros que afectó a su entorno lo obligó a plantearse su retiro definitivo como DT.
“Puede que sea mi último trabajo. No se trata solo de mí, sino de mi familia. Todos ellos son de por aquí y no puedo ignorar eso. Han estado preocupados por mí, especialmente Jan, mi mujer. Tengo 60 años y no sé si puedo volver a hacerle pasar por todo eso”, adelantó. El puesto del banquillo del Newcastle quedó vacante siendo Antonio Conte y Frank Lampard los principales candidatos a ocuparlo.