Me llamo Lourdes y tengo 35 años. Me casé hace 10 años, pero solo duramos tres años con mi pareja en aquel entonces.
El que me juró amor eterno, estar en las buenas y en las malas, no desamparar a su familia, decidió irse de mi vida a la primera dificultad que se presentó.
Soy mamá de un niño de 7 años, mi hijo tiene un tipo de discapacidad que no le permite movilizarse por sí solo.
Necesita que se le asee, que se le de todos los cuidados, que se lo traslade de un lugar a otro.
Él hace fisioterapia porque está todo el tiempo en cama y es necesario para que no sienta tantas molestias.
Entonces ya te imaginarás que es ir y venir con él a su fisio y a sus consultas médicas.
Unos meses después mi esposo no aguantó y se fue. Lo que le agradecí es que fue muy sincero conmigo, me dijo la verdad, que no iba a aguantar, se retiró, me dejó un poco de plata y se fue.
Sentí cómo se iba derrotado, con culpa, pero cobarde, con ganas de no querer afrontar la realidad. Desde ese momento me dediqué solamente a mi hijo, me desvivo por él.
Yo soy emprendedora, tengo un negocio en mi casa y gracias a Dios puedo estar con él y trabajar a la par.
Es complicado, pero todo lo que hago por él. El papá, bien gracias, se mandó mudar desde que terminó conmigo y nunca más preguntó por su hijo, no llamó para cumpleaños, fechas especiales.
Ahora, que pasaron muchos años me di cuenta que no pude darme un solo espacio para mí, puse en pausa mis sentimientos, mi corazón se cerró al amor.
Intenté tener relaciones de pareja cuando me buscaban, sin buscar yo, pero cuando veían mi vida, que no podían pasar tiempo conmigo sin que esté mi niño, cuando veían que tenía que correr al hospital porque se me atragantaba.
O tenía que cancelar visitas porque se enfermaba, ahí se iban corriendo de vuelta.
No quiero sonar egoísta, ni desagradecida con Dios, pero es un momento en que me pongo a preguntar si será que existirá una vida para mí alguna vez, una donde pueda tener una pareja que me acompañe con toda esta carga, que me dé amor, y que sea mi sostén emocional cuando yo decaiga ¿Por qué las mamás de hijos con discapacidad somos discriminadas? Mi hijo no es una carga para mí, lo hago todo con mucho amor.
Buen día Lourdes, antes de nada, felicitarte y expresar mi admiración por el cuidado que le das a tu hijo y ponerlo en primer lugar, ante todo. No es fácil lidiar con esa situación, tanto para la persona afectada y mucho más para alguien que no tiene el compromiso filiar con el niño, pero no quiere decir que no exista alguna persona que le tenga el amor y predisposición para acompañarte y a la vez disfrutar de vos y con vos de los buenos momentos que ambos puedan generar. Sería bueno, que te organices, ya sea con algún pariente o amigas de buena voluntad que te pueda cubrir por horas en el cuidado del niño para que vos puedas tener tiempo de salir con tu pareja, en otras palabras, buscar la manera de conseguir un espacio y momento para vos y la otra persona. Con el tiempo se dará cuenta que vales la pena en todos los sentidos y se fortificará la relación.
