Hola diario Extra. Soy Meliza. Estoy entre la espada y la pared. Tengo dos amigas y no le quiero fallar a ninguna, pero me parece muy bajo e injusto lo que está pasando.
Leti y Sofi, son mis amigas de infancia. Realmente siempre fuimos muy pegadas las tres.
Sofi se casó hace 3 años, pero nunca nos dejó de lado a Leti y a mí. Siempre nos invita a su casa. Constantemente nos reunimos y salimos las tres o con el grupo de amigas que tenemos desde chiquitas. Somos del mismo barrio, misma escuela, ere eréa.
Pero lo que Leti le está haciendo a Sofi no se hace y por eso es que me atreví a contar la historia. Rubí (protagonista de novela del mismo nombre) un poroto a su lado.
Un día cuando Leti y yo fuimos a su casa, estábamos tomando, y Leti se emborrachó mundial. Dijo que se iría al baño, que está al fondo y como no venía yo fui a revisarle. Le encontré prácticamente teniendo ku otro con el marido de Sofi.
Se re asustaron al verme y obviamente traté de no alterarme ahí, me suplicaron que no diga nada. Yo desconcertada, dije que surgió algo urgente en mi casa y me fui sin decir más.
Desde ese día Leti suele contarme que tiene encuentros con él. Es como que aseguró que no voy a contarle nada a Sofi, y me cuenta lo que hacen como una aventura, como si fuera divertido. Yo le digo las cosas, que no puede seguir de esa manera, que cómo va a hacerle eso a Sofi que es su amiga.
También le digo que ni nunca le voy a presentar a mi novio si llego a tener porque no tengo y ella tampoco. Directo le digo en su cara que es de doble filo.
Le pedí en muchas ocasiones que deje eso, por el bien de su amistad con Sofi, y para que no termine con ese matrimonio que comenzó tan bien.
Me cansé de insistirle, siento que se ríe de mí y no me toma en serio. Ahora mismo siento mucha culpa, porque siento que estoy faltando a mi lealtad con Sofi. Por un lado, siento de corazón que debo contarle. Por otro lado, no quiero destruir su familia. ¿Qué me aconseja usted?
La respuesta del licenciado Ángel Romero: