Hola, Diario EXTRA. Como dice la frase que tanto se usa ahora, por favor escúchenme sin juzgarme.
Soy Pedro, tengo 35 años y desde hace siete meses que estoy de novio con Cinthia, que tiene la misma edad que yo. Pero, la diferencia entre nosotros es que ella ya es mamá de un nene de 8 años.
Ella es enfermera, trabaja en un hospital público y se sacrifica bastante para sacar adelante a su hijito. Eso fue lo primero que hizo que me fijara en ella, porque me causó mucha admiración.
Nosotros fuimos compañeros en el colegio, pero nunca fuimos muy cercanos porque ella entró a nuestro curso recién en el último año.
En los encuentros de exas empezamos a hablar, intercambiamos números y en una de esas nos enganchamos porque justo los dos estábamos solteros.
Se abrió conmigo y me contó por qué no funcionó la relación con el papá de su nene. La comprendí perfectamente y sentí que yo podía ser un apoyo para ella, no en lo económico precisamente, pero sí demostrándole mucho amor.
Todo iba bien al comienzo, pero luego empezamos a salir los tres (Cinthia, su hijo y yo) y los muchachos empezaron a hincharme que soy un “papá del corazón”. Primero me reía nomás, pero después fue como que se me iba hirviendo ya la sangre porque donde sea que voy me hacen bromas con eso.
A mamá no le gusta
Hace dos meses le llevé a mi casa para que mi familia la conozca. Mi mamá se enteró que Cinthia es una “luchona” y no le gustó para nada. Se plagueó y me dijo de todo, si no consigo luego otra o qué.
Como yo me enojé demasiado e incluso amenacé con irme de la casa, empezó a querer entrarme por las buenas. Me dijo que soy joven, que ella seguramente ya no va a querer tener otros hijos porque es muy difícil y que yo podría arrepentirme si es que no llego a criar a mis propios hijos. También me habló acerca de que el papá tal vez quiera acercarse a ellos y va a ser muy incómodo para mí.
La verdad eso me comenzó a jugar mal y ahora estoy muy confundido. En este tiempo ya llegué a quererle mucho a mi novia y también a admirarla, pero a la vez siento que no estoy preparado para ser un “papá del corazón”. ¿Qué hago?
Es normal que sientas dudas al escuchar tantas campanas sobre el caso, mejor escuchá lo que resuena en tu corazón y date tiempo para tomar decisiones. Nadie puede vivir la vida por vos. Lo importante es que reflexiones sobre lo que realmente sientes, porque las bromas de tus amigos y la desaprobación de tu mamá pueden afectar, pero las decisiones deben centrarse en tu bienestar y felicidad, no en las expectativas de los demás. La relación con Cinthia puede seguir creciendo a su propio ritmo, y si tienes dudas sobre tener hijos o responsabilidades de crianza, es crucial discutirlo con ella. Entender que ser un “papá del corazón” no te obliga a cumplir un rol específico, sino a brindar amor y apoyo. El proceso de maduración emocional y de pareja lleva tiempo, y es válido no tener todas las respuestas ahora mismo.
