Soy Renata. Tengo 35 años y hace 12 años que estoy con mi actual pareja. Él tiene 37. Ambos somos personas que luchamos siempre por el futuro de nuestro país. Venimos de familias de escasos recursos, pero de padres pensantes.
Gente que en medio de las necesidades, se refugió en la lectura, en conocer más, en retroalimentarse. Siempre estuvimos en marchas sociales, buscando dignificar a los pobres olvidados de nuestro país.
Así fue que nos conocimos, en medio de marchas. Crecimos en ese ambiente y nos conocíamos de lejos porque somos de barrios cercanos.
Yo me recibí en la Universidad Nacional. Gracias a Dios gané una beca que me trajo a España y ampliar mis conocimientos. Estoy haciendo acá una maestría.
Esta beca permite traerle conmigo a mi familia. En este caso, mi pareja y mi nena de 4 años vinieron también y ya estamos acá hace unos meses.
Acá conocí el verdadero dolor. En un momento en el que él se quedó dormido, un mes después de llegar al país, descubrí que me estaba siendo infiel. Y no se trata de una relación de unos meses. Me estuvo siendo infiel los últimos dos años con esta misma chica.
Yo pillé que él trataba de esconderse cuando le llamaban, o ponía mucho en silencio su celular.
Como en Paraguay los dos estábamos juntos de noche nada más porque ahí es cuando volvíamos del laburo, acá era más difícil que él pueda hacer su macanada porque estábamos todo el día junto s.
Encontré unas llamadas perdidas, y vi que eran de una compañera de militancia. Es decir, forma parte del grupo de lucha en la que estamos los dos. Incluso ella pasó por varias situaciones difíciles que se hicieron públicos en su momento y yo estuve ahí para respaldarle. Con ella me pone los cuernos.
Y él no tuvo otra que confesarme. Porque además, atendí una llamada que ella le hacía y dijo “hola mi amor”. Obviamente que le zarandeé todo, le desperté y le pedí una explicación. No tuvo de otra más que reconocer y contarme todo. Llevaba una relación paralela con ella.
Y ahí lo que me dijo fue algo que en algún momento el ya me había planteado que es eso de tener una relación abierta y yo le dije rotundamente que no.
Me dijo que él no ve mal eso, pero yo no voy a aguantar nunca algo así. Esta es la segunda vez que le pillo una infidelidad. Ahora mi situación está difícil porque él vino conmigo y acá no puede trabajar por los términos de su beca. No sé qué hacer, no quiero perdonarle, pero está mi hijo de por medio, tampoco puedo dejarle a su suerte acá. Estoy destruida ¿Qué hago?
La respuesta: