Soy un hombre soltero de 34 años, con un corazón que late como un tambor en mi pecho que quiere dar amor, pero parece que el destino me está condenado a una vida de soledad. Me siento como un barco sin timón.
Cada día, me miro al espejo y me pregunto: “¿Qué hay de malo en mí? ¿Por qué no me parece atractivo a ninguna mujer?” Intento ir al gimnasio, ponerme musculoso, pero aún así no logro conquistar a una mujer.
Me desenvuelvo mejor con mis familiares, como un pez en el agua. Pero cuando se trata de ir a hablar con otra mujer, me congelo, no me salen las palabras y tiemblo como una hoja.
Estoy desesperado, como un hombre que se ahoga en un mar de desesperanza. Todo el mundo me trata de gay, como si eso fuera malo, pero no lo soy tampoco. Me siento como un leproso. No sé qué hacer, no sé cómo escapar de esta prisión de soledad.
Un día, me encontré con una mujer en la parada de colectivo. Era hermosa, y calculé que trabajaba en un banco, por su trajecito. Era mi excompañera de colegio, después de mirarla detenidamente, me di cuenta, aún así, no supe qué hacer, no supe cómo acercarme a ella.
Me quedé paralizado, como una estatua. No me salieron las palabras. Y me dio mucha rabia, porque se supone que ya la conocía, que no me podía forzar tanto ese encuentro.
Me senté en el banco, como un hombre derrotado. De verdad necesito algunas herramientas para poder romper esa timidez, pero hasta ahora nada está funcionando. No quiero estar más solo.
Incluso me bajé esas aplicaciones de citas. Bueno, solo una vez probé, pero por una cuestión de seguridad, no le dije mi vestimenta del color correcto para ver cómo era la persona. Ella vino con un vestido negro como me había indicado. Era muy linda también.
Le saludé, pero como no estaba vestido como le indiqué que iba a estar, ella no me prestó atención y siguió buscando entre las mesas del shopping y no quise quedar como un nabo y entonces, tampoco le dije quién era. Pensé que se podría asustar y todo eso.
Cuando era pequeño, mi familia me hinchaba por las niñas. Más mis hermanos mayores. Famosos “Diego tiene novia”, a mí me daba mucha vergüenza y me iba cerrando en mi mundo. Hasta que crecí y las bromas de los perros en mi colegio ya era “Diego no tiene luego novia”.
Necesito algunas ideas para poder lograr vencer esta forma de ser mía ¿Será que voy a lograr alguna vez?
La respuesta de la psicóloga Paola Zapata:
Detrás de esa supuesta timidez hay un hombre inseguro, un hombre con problemas emocionales con baja autoestima. Esto se trabaja en terapia. A veces no somos conscientes del miedo a ser rechazado, a no ser suficiente y queremos catalogarlo con “timidez” ¿Por qué alguien puede tener baja autoestima? Muchas veces por el hecho de que desde muy temprano han sido aceptados, pro blemas entre mamá y papá.
Lo importante es saber que hay una solución, pero lo primero es encontrar esas causas del porqué esa inseguridad y trabajar con base a ello. Al identificar el problemas van a ir surgiendo las posibles soluciones y de esta manera llegar a poder trabajar lo que la pareja en sí.