14 sept. 2024

“No quiero lastimar a mi marido y mi hijo por mis fantasmas del pasado”

Natalia tiene 33 años y cuenta que los años la hacen más dura de sentimientos.

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Edith Moreno

Soy Natalia y tengo 33 años. Quiero contar mi historia desde el principio para que se entienda.

Si me voy a evaluar me considero una mujer noble, sencilla y de buenos sentimientos. Eso siempre fue así, desde que era muy chiquitita, pero conforme van pasando los años, siento que mi forma de ser va cambiando. Siempre soy buena, humilde y todo lo que quieran, pero soy más dura que antes, y le tengo temor a estos cambios, porque incluso ya están haciendo que tenga problemas con mi pareja.

De niña, era la hija de don Ramón, la pobrecita, la que es hija de padres separados. Mi papá era un hombre duro, no puedo negar, era un golpeador, pero conmigo se encargó de darme toda la atención posible, me dio estudio, disciplina y pasé por muchas cosas de ir y venir a juzgados porque mis padres se separaron en malos términos.

Mi mamá desapareció, de mi vida, como no quería tener contacto con papá y yo me quedé con él, no preguntaba por mí, ni me buscaba.

Sonriente

Recuerdo muy bien que cuando tenía 8 a 10 años más o menos siempre era sonriente, me acercaba a jugar y nunca era mala con los demás niños, pero ellos sí conmigo. Me sacaban juguetes, no me dejaban participar de sus juegos, me excluían, y encima de todo me recordaban que era hija de padres separados. Yo siempre fui noble, volvía a sonreírles, incluso era feliz cuando esos que me rechazaban me sonreían.

Siempre tuve esa sonrisa y ganas de ser amable hasta más o menos los 30 años. Pero a partir de allí siento que mi corazón está más duro, más negro. A mi marido le digo cosas hirientes como lo hacía mi papá conmigo, y a mi hijo de 4 añitos no le tengo paciencia. No tengo las mismas ganas de orar como antes, ni tampoco sonrío como antes. Siento mucho dolor por mi historia del pasado, tengo mucho temor de ser como mi papá fue conmigo, con mi hijo. También tenemos problemas económicos y ando a mil por hora ¿Qué hago para no repetir el patrón de mi papá?

La respuesta del licenciado Ángel Romero:

Buen día Natalia, todos los seres humanos pasamos por cambios durante gran parte de la vida y muchas veces las primeras experiencias vividas en nuestra infancia se reflejan luego en nuestra edad adulta. De igual manera, esas vivencias nos fortifican o nos indican como actuar para integrarnos a nuestras pares y buscar la aceptación de los mismos (muchas veces no en forma adecuada). Capaz que lo que estés viviendo actualmente sea un reflejo de algo que marco en tu infancia y hoy genera una capa de protección que no te permite demostrar los afectos que siempre te caracterizaron. Te recomiendo que busques ayuda con un profesional para poder encontrar esa reconciliación, aceptación o entendimiento con tu niña interior y puedas vivir a pleno tu condición de mujer adulta. Éxitos

Psicólogo Clínico, especialista en jóvenes y adultos. (0981) 571 635