Hola a todos los profesionales de Consultorio del Amor. Soy Katia. No sé cómo perdonar, sanar y continuar mi vida de pareja. Reconstruir mi familia.
La historia viene así. Mi marido y yo nos conocimos hace 10 años, siempre nos amamos muchísimo, nos respetamos y salimos adelante con nuestro esfuerzo.
Pasa que cuando nosotros nos conocimos su mamá le dijo que le daría una casa que tenía desocupada, que supuestamente ese era para cuando él se case.
Lo que sucedió es que nos mudamos y todo bien. Hicimos algunos arreglos, pusimos piso en la parte de atrás, el portón cambiamos, todo pensando que ya nos quedaríamos allí.
Dos años después tuve a mis bebés, tuve mellizos. Todo bien hasta que mi suegra empezó a meterse demasiado en muchas cosas.
Por el hecho de que esa casa ellas nos había “regalado”, ella creía que podía ordenar, hacer y deshacer, y sobrepasaba por completo mi autoridad y a mi marido ni qué decir. A él nunca luego le respetó. Él siempre fue bien manejado por la mamá.
Reclamaba
Mi marido no le paró en su debido momento. Ella venía y me reclamaba porqué no limpiaba, me decía que una mujer buena y correcta debe tener espléndida su casa. Mudaba de lugar mis cosas sin consultarme y me decía que me faltaba mucho para saber ser esposa y ama de casa.
Le aguanté hasta que un día exploté y me revelé. Le dije que no permitiría que se vuelva a meter en mis decisiones y le exigí que no vuelva si es con esas intenciones a mi casa.
Mi marido ahí en el medio, siempre tratando de justificar a su mamita.
Sola
Yo me sentía sola, sentía que ellos eran un equipo pero yo estaba en otro. Él venía y me decía que su mamá solo buscaba nuestro bien, que debo escucharle.
Un día nos llega una notificación de desalojo. Su mamá hizo todo para que nos saquen de ahí. Mis bebés tenían solo 6 meses (ahora ya tienen un año), y nos echó de la casa.
Yo me enojé tanto, que vine a la casa de mis padres, y le dije a él que vea dónde quedarse. Decidí separarme en ese momento, porque entendía que nosotros no éramos su prioridad, sino su mamá.
Hace un mes, con la promesa de que cambiaría y los mellis y yo seríamos su prioridad, decidí perdonarle. Mientras tanto nos quedamos en la casa de mis padres. Pero me doy cuenta de que me está costando mucho retomar la relación, estoy muy dolida, no le perdono y tengo miedo de que vuelva a lo mismo ¿Qué hago?
La respuesta del licenciado Ariel González: