Hola diario Extra, soy Julián. Hace tres días que mi señora me echó de la casa y ya no me permite la entrada.
Para que entienda un poquito la licenciada, mi esposa y yo nos conocimos hace 5 años, y nos casamos dos años después.
Valeria me conoció como un joven aficionado al fútbol, es mi pasión y ella sabe. Eso respetó durante nuestro noviazgo siempre, se mostraba muy buena en ese sentido y no me hacía reclamos para nada al respecto.
Siempre participé del tercer tiempo con los muchachos, y salgo al menos 3 a 4 veces a la semana a jugar, antes era todos los días, pero por una cuestión de que ella me reclamó un tiempo en familia luego de casarnos, cedí y no me iba todos los días.
Pero quiero aclarar que durante el noviazgo yo a ella siempre le dije que lo único que no quiero dejar nunca es el fútbol. La verdad que me pone de mal humor si es que una semana no juego, yo creo sinceramente que me voy a deprimir.
Lo que pasó es que cuando éramos novios con mi pareja todo estaba bien en ese sentido, no me reclamaba nada “anda nomás jugá mi amor” me decía gua’u, pero había sido era todo una trampa para atraparme. Porque seguro pensó que si mostraba lo que realmente piensa yo no me iba a querer casar con ella.
Cuando ya éramos marido y mujer, ella comenzó a cambiar. Me empezó a exigir que elija entre ella y el fútbol. Me hacía decirle a mis amigos que no iba a ir a partidos importantes porque teníamos otra actividad, o me hacía escenas después de volver. Hasta ahí todo normal, dentro de lo aceptable.
Un tiempo empecé a irme a jugar sin avisarle. Decía que es mejor pedir perdón a pedir permiso, ya que si pedía permiso me iba a decir fija que no.
Y yo ya sabía que era para tener una batalla campal después en mi casa. Pero hace tres días, cuando volví a casa después del tercer tiempo, mi señora me echó de la casa. Pensé que era un berrinche más y me fui a la casa de mis papás a dormir, pero al día siguiente me encontré con que ya cambió todas las cerraduras de la casa.
Yo no quiero terminar el matrimonio, quiero a mi familia, pero tampoco puedo renunciar a lo que me apasiona ¿Cómo puedo resolver esta situación?.
La respuesta: