Hola diario EXTRA y a todo el equipo de profesionales que tienen. Soy Gracie, tengo 27 años. Hace cuestión de 6 años que me junté con mi novio y ahora tenemos una nena de un año.
El tema es que él era muy atento, muy cariñoso, muy bueno conmigo, pero desde que me embaracé cambió muchísimo.
No sé qué le pasó. No sé si tendrá otra mujer en su vida o por qué se comporta de esa forma, pero cuando tenía más o menos 4 meses de embarazo y mi cuerpo cambió, ya era más gorda, me veía con estrías ya en la panza, él no me quería tocar.
Yo pues siempre fui de buen cuerpo, chiquita y con buen molde. Después de mi embarazo nunca más pude volver a eso, y así tampoco él nunca más me trató con amor.
Cuando recién supimos del embarazo estábamos muy felices, él era el hombre más consentidor. Después nomás cambió por completo.
Empezó a insultarme, me decía gorda, fea. Me decía que después de tener al bebé debía cuidarme y bajar porque así ni él ni nadie me va a querer.
Yo me pasé llorando en mi embarazo. Llegó el parto y fue muy estresante para mí, casi me morí porque perdí mucho líquido. Vi cómo los doctores se desesperaron de repente y luego me desvanecí.
Creo que eso hizo que piense un poco y cambió de vuelta cuando nació mi bebé. Por un mes estuvo buenísimo de vuelta.
Pero luego volvió a lo mismo de siempre. Empezaron los insultos, ve todo lo malo hasta ahora.
Si no cocino a su estilo es que no soy buena ama de casa, me critica que no lavo bien la ropa, porque usamos el semiautomático y ese pues hay que lavar primero a mano, y dice que no quito bien la suciedad, que no sirvo ni para eso.
Eso sí, es muy buen papá, a su hija no le hace faltar nada. Hace poco me enteré que sacó a su nombre una casa para su hermano. Por 20 años se ató a una deuda. Él no me consultó, solo hizo. Está bien, su hermano paga, pero por eso no le van a dar ningún préstamo para hacer para nuestra casa.
Discutimos, le dije que ni si quiera a mi me pone una casa, que por qué no me consultó. Me dice que soy bruja, y que él no tiene por qué consultar nada conmigo, y que por eso no quiere ni llevarme a la casa de su gente porque soy “ñaña”.
Lo que sí es que estoy viviendo un verdadero infierno. Siento que me odia, le pregunto qué le pasa conmigo y me responde mal. Todo lo que hago está mal para él. ¿Qué piensa? No sé hasta cuando voy a aguantar.
La respuesta de la licenciada Rocío Paredes: