Me llamo Gimena, tengo 32 años y esta es mi historia. Después de cinco años de relación, lo último que esperaba era descubrir su traición en el lugar más cotidiano e íntimo de la casa: el baño. Sí, así como suena. Ese espacio que compartimos todos los días, que se supone es para la privacidad, se convirtió en el escondite perfecto para que él, mi novio, el amor de mi vida con quien supuestamente me iba a casar, le diga “te amo” a otra mujer, a quien no conozco. Aparentemente es su amante.
Todo comenzó con una simple sospecha. Un día, lo noté extraño, como inquieto, ansioso. Agarró su celular y fue directo al baño, alegando una “urgencia”. Nada nuevo, pensé, pero algo no me cerraba. Desde ese momento, empecé a prestar atención. Era siempre igual: celular en mano, puerta cerrada, y él ahí adentro, demasiado tiempo.
Hasta que una tarde, el silencio del pasillo las vendas de mis ojos se cayerob. Me acerqué sin hacer ruido y lo escuché.
Primero, una risa suave, luego un susurro que me dejó temblando de la rabia: “Te amo, mi amor”. Esa frase que yo no escuchaba hace tiempo, se la estaba dando a otra, entre las cuatro paredes del baño.
No confía más en él
Me quedé paralizada. No quise entrar, no quise gritar, no supe cómo reaccionar. Solo me alejé con el corazón hecho pedazos y una pregunta retumbando en la cabeza: ¿Cinco años para esto?
Desde entonces, cada vez que él entra al baño, ya no me pregunto si necesita papel higiénico. Me pregunto cuántos mensajes va a borrar después, cuántas llamadas va a esconder, cuántas mentiras más caben en ese cuarto que ahora me resulta asfixiante.
Me siento humillada. Como si hubiera estado durmiendo al lado de un extraño todo este tiempo. Pero lo peor de todo es que, a pesar de todo lo que descubrí, me cuesta soltar. Porque también hubo risas, proyectos, promesas. Porque no se olvida tan fácil a alguien con quien creí estar construyendo una vida.
Le lanza indirectas
No sé si esto fue un simple desliz o una doble vida que ya venía arrastrando hace rato. ¿Estoy exagerando por una frase? ¿O simplemente me estoy negando a ver la realidad que tengo frente a mis ojos?Lo enfrento con indirectas, pero él niega todo. Me mira a los ojos y dice que me ama. ¿Cómo puede mentir tan tranquilo? ¿O será que me ama a mí... y también a ella?
Necesito una señal, un consejo, algo. ¿Vale la pena pelear por esto o es momento de cerrar la puerta y no solo la del baño para siempre?
La respuesta: