Hola diario EXTRA. Me llamo Saturnina. Tengo 32 años. Soy del interior, vengo de una familia muy conservadora, mi mamá es una persona muy tradicionalista, de iglesia, y siempre nos inculcó que las mujeres debemos ser naturales, cuidar nuestro cuerpo, porque es el templo de Dios.
Yo hasta hace poco vivía todavía con ellos, en el interior. Yo me encargaba de la limpieza, la comida, y de repente limpiaba algunas casas. No tuve oportunidad de estudiar después de salir al colegio, a pesar de que siempre fui aplicada, de buenas notas y me gusta luego el estudio.
Entonces tuve que conformarme con eso, quedarme en la casa y ayudar como pueda.
Pasó la pandemia y la situación económica empeoró en casa. Papá cosecha y vende algunos productos, trabaja en la chacra, pero no le rinde la venta.
Tengo otros hermanos (dos varones), que tienen familia ya, y tampoco están pudiendo ayudarles. Entonces tuve que salir de mi casa y venir a Asunción, conseguí entrar a una casa de familia como empleada doméstica.
Novio
Es la primera vez que yo salgo de mi casa. Nunca tuve novio, siempre fui muy tímida y la verdad que los hombres no se acercaban mucho a mí justamente porque me veían así, muy cerrada. Con decirte que me decían “monja”.
Ahora que estoy acá hace unos meses conocí a un muchacho muy bueno, pero también le es muy raro verme así, porque yo no me saco las cejas, no me depilo las piernas, porque la verdad que yo creo que por algo Dios nos dio todo eso. Es parte de nuestra naturaleza y soy muy celosa de mi cuerpo, respeto mucho.
Mi pelo por ejemplo me llega hasta debajo de las rodillas. Solo una vez al año corto para mantener las puntas y eso.
Él llegó a mi vida y empezó a decirme que debo depilarme, mayormente por una cuestión de higiene y estética. Me dice bien.
Me dice que mi pelo está muy largo, que también debo cortar. Incluso me ofreció pagarme la peluquería.
Yo tuve un poco de vergüenza, pero después dije que por qué voy a tener vergüenza, si es que estoy defendiendo solo mis ideales, y es algo con lo que Dios nos mandó al mundo.
Yo también ya le dejé claro que hasta casarnos no vamos a tener relaciones ni nada parecido, porque en la palabra está así. Eso es un pecado, queramos o no reconocer.
En fin, lo que me doy cuenta es que a él le da vergüenza salir conmigo, siento que me quiere mucho, es un buen muchacho, tiene 40 años. Pero sí le cuesta mucho verme así como me ve. ¿Vale la pena seguir con él?
La respuesta: