21 abr. 2025

“Mi novio es fitness y no podemos salir ni a tomar una sola cerveza”

Giovanna quiere ir a cenar lomito umía, pero su chico’i le quiere dar pollo hervido.

MASTER-016consultorioOK,p~990928_55139913.jpg

Edith Moreno

Hola diario Extra. Soy Giovanna. Tengo 25 años y mi novio tiene 28. Con él tengo un dilema que ya no sé cómo solucionar. Es un tema que parece muy tonto, pero actualmente él y yo ya no pegamos ni con chicle, como se dice. Es que mi novio hace cuestión de un año que empezó a llevar una vida fitness. Empezó a irse a un nutricionista primero. Ya estaba con unos kilos de más, y yo me alegré con él porque estaba cuidando su alimentación y bajando de peso.

Una vez que comenzó a bajar de peso es que ya quiso ir más allá y era que quería ser fitness, y lo está logrando, ya van varios meses de entrenamiento y dieta para marcar y está todo musculoso y voluminoso, pero sigue a full porque él dice que todavía le falta mucho para llegar a su objetivo.

El tema es que cuando empezó con esto de querer marcar, ya medio que comenzó a irse al otro extremo. Ahora mismo le encanta llevar esa vida fitness, que buena alimentación, que mantener la figura, que la disciplina, y no sale ni un poquitito de su dieta.

Cena

Yo quiero salir a cenar lomito, hamburguesa, pizza, que es lo que antes de que él se meta en todo esto hacíamos, pero no hay caso. Y siento que cada vez podemos hacer menos cosas. Es más, me quiere obligar a comer pollito hervido con lechuguita o brócoli. Y todo bien con comer sano, yo como también ensalada en la semana con mi comida, pero ¿qué mortal un viernes o sábado de noche va a querer comer pollo con lechuga?

Lo peor de todo es que ni si quiera la cerveza quiere tomar conmigo. Ya no salimos en farras. Está muy aburrido.

Tentación

Dice que esas salidas son tentación para él, por eso prefiere evitarlas. Yo no salgo por respeto.

Ni él ni yo pues salimos el uno sin el otro, uno porque a ninguno de los dos nos gusta, y dos porque en mi caso al menos porque la gente habla mal.

Mis amigas van a empezar a preguntar por qué no me acompañó y van a decir seguro que no mando nada para no lograr que me acompañe, y los tipos sí que me van a tratar de bandida o que por andar sola por ahí farreando sin mi novio.

Otro tema también es que me da mucho celos de repente pensar que por cuidarse tanto, encuentre a otra mujer, una bien marcadita también por andar por el gym, y me deje. Pienso muchas cosas, y mi mejor amiga me dice que tengo que ir con él al gimnasio, para que ninguna chica se le insinúe y controlarle, pero a mí me da mucha pereza eso, prefiero dormir. Él va muy temprano.

No sé si hay alguna forma de hacer que sea más abierto, o ¿sería solo terminar? ¿Qué puedo hacer?

La respuesta del licenciado David Samaniego:

Teniendo en cuenta que ahora tienen estilos de vida diferentes, eso no significa que no puedan salir o compartir algunas actividades. Lo importante es respetar los deseos del otro sin que eso implique renunciar a los propios. Pueden acordar salir a cenar al menos una vez a la semana y que cada uno coma lo que quiera sin querer influenciar al otro. En cuanto a las salidas no deberían guiarse por el que dirán. Siempre y cuando confíen el uno en el otro, cada quien puede disfrutar con sus amigos sin que eso implique necesariamente una infidelidad. Pueden salir de vez en cuando en pareja o quedarse en casa, lo importante es pasar tiempo de calidad y no cantidad.

Psicólogo clínico y sexólogo. Cel.: (0971) 822 670