Hola diario Extra, soy Noelia, tengo 38 años y mi pareja tiene 40. Estamos juntos hace 15 años, tenemos tres hijos ya.
Nos conocimos en mi ciudad, soy de Itacurubí, y él es de Valenzuela. Nos vimos por primera vez en una fiesta grande que se hizo en la ciudad de Barrero que no está muy lejos.
Me flechó porque cuando lo conocí era hermoso, flaquito, encantador. Ese día me pidió bailar, y al terminar intercambiamos números. Yo le pasé el número de mi hermana mayor, que es la única que tenía celular en casa.
Cuando eso todo era por llamada, recuerdo que hacía llamadas ilimitadas y hablábamos por horas, luego los mensajes de texto que cargábamos desde 2 mil guaraníes. Eran otras épocas.
Creo que fue nuestro mejor tiempo juntos, al menos los primeros cinco años, pero la relación se fue desgastando poco a poco. Empezamos luego a tener nuestros primeros hijos, el mayor tiene 12 años, luego le sigue el de 10 y otro de 8, escalerita prácticamente.
Hijos
Con el primero todo era tranquilo todavía, pero con el segundo ya empezamos a tambalear, y con el tercero creo que fue algo así como ir a la guerra, era un caos total nuestra vida. Él se dejó estar, empezó a engordar, yo siempre me cuidé más, pero soy luego flaquita y chica de estatura, nunca tendí a subir de peso.
Él también descuidó mucho nuestra relación. Dejó de tratarme románticamente, ya no me trae detalles, antes era muy esmerado, ahora nada. Ni si quiera para nuestro aniversario me regaló algo.
Y ahora es como que no nos aguantamos más, ni él ni yo, y por cualquier cosa nos peleamos.
Canasta básica
Pero una cuestión que nos está haciendo tener mucho conflicto es la cuestión económica. Los alimentos de la canasta básica están por el cielo. Trabajamos ambos, pero aun así no nos alcanza.
Yo gastó sí o sí más de G. 100 mil en un día en todo lo que es desayuno, almuerzo, merienda cena.
Cuando me quedo sin plata, allá por la quincena le toca a él darme para comprar, y cuando paso el presupuesto o uso toda la plata se enoja.
Ahí nos peleamos y es para que no termine más, siento que hay una distancia enorme entre él y yo, y lo peor de todo es que no es capaz de pedirme disculpas después de reclamarme.
Por la carne me reclama, por comprar pollo, por qué no veo cosas más baratas, y así. Le quiero, pero siento que ya no le soporto y no tengo ganas ni de verle hace un mes por ahí ¿Qué está pasando? ¿Puede arreglarse esto o será una señal de que debemos terminar?
La respuesta: