11 dic. 2024

“Mi mamá y mi esposa compiten en quién hace el tallarín más rico”

Alberto está entre la espada y la pared porque no quiere contrariar a ninguna.

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Ilustración

Buen día diario EXTRA. Soy Alberto. Tengo 34 años. Me casé justito a los 30 años con Lourdes. Ella tiene la misma edad que yo.

No pensé que casarme me traería tantos dilemas con las mujeres de mi vida: mamá y mi esposa.

Ellas se llevan como perros y gatos, y lo peor es que compiten por todo. Ya no sé qué más hacer con esta situación, yo estoy muy en el medio, no puedo ponerme a favor de la una ni de la otra.

Pasa que mi mamá es medio metida en nuestras cosas. Ella viene a mi casa y se fija en todo, que si mi esposa me planchó la camisa, que si tiene arruga, viene y si ve que una arruga tiene la camisa vuelve a planchar. Eso le enerva a mi señora, que empezó a no callarse más y a decirle lo que le molesta.

Ahí estoy yo, en el medio, sin saber qué hacer.

Esa vez mi señora le sacó la camisa y le dijo “no se meta señora donde no le llaman, la camisa ya está planchada, y si le parece que está arrugado que me diga mi marido”.

Le dijo también que no soy ninguna criatura como para que me quiera tener así, y que por culpa de ella no sé ni planchar mi ropa. Eso creo yo que ya estuvo demás.

Solo intervení para decirles que tranquilas nomás que no es bueno esos pleitos en la familia. Mi mamá como siempre tirando su veneno de “conmigo salía espléndido de su casa, ni una arruga tenía su camisa”. Le dijo que es una malagradecida porque ella solo estaba ayudando.

Se fue enojada mi mamá, pero rápido al día siguiente trajo tallarín y dijo que es porque ella “sabe que me gusta y CÓMO me gusta”.

Nuevamente mi señora no se calló nada y le dijo que muchas gracias, pero que ahora la que cocina es ella y que justamente estaba preparando tallarín para mí.

Para empeorar la situación le dijo “mi marido dice luego que nunca probó un tallarín como el mío”. Yo ahí quería desaparecer, el ojo de mi mamá fijamente hacia mí, como si quisiera dispararme.

Yo sí le digo eso, pero son cumplidos. A mí me gusta como cocinan las dos, pero la comida de mamá es comida de mamá, siempre se extraña, pero obviamente eso no le digo a mi esposa.

Mi mamá salió nuevamente muy enojada, y mi señora me dijo que ya le va a echar de la casa, ya no le va a recibir por metiche y que si tanto quiero que “mi mami me cuide y me consienta como un bebé”, que me vaya a vivir con ella. Me advirtió que si no le paro ella me chuta ¿Qué hago?

La respuesta:

Es importante que el hijo empiece a poner límites y aprenda a comunicar. Mientras no hagas eso, todo va a ser cada vez peor, y en vez de que el conflicto se vaya solucionando, va ir empeorando. Es importante que puedas establecer límites claros y saludables entre tu mamá y esposa. Que haya una comunicación en la que no haya más esa sensación de competencia entre ambas, que sea honesta. Es como que darle el lugar a ambas. Esas mujeres deben comunicarse, no hay que callarse ni evitar discutir sobre el tema, porque esto hace que vaya empeorando, solo que esa discusión debe ser saludable. A tu mamá debés explicarle cuál es su rol en su vida. Lo importante es por ejemplo que puedas armar una merienda, una cena, y crear un hábito de convivencia entre tu señora y tu esposa, donde vayan descubriendo la parte buena de cada una. En todo caso, podrían hacer terapia familiar para aprender a tener una convivencia positiva.

Psicóloga clínica, atención a adolescentes y adultos, terapia de pareja. Instagram: @paolazapata777