Soy Fabiola y vine a contar mi historia, esa que me tiene con el corazón hecho trizas y sintiéndome la protagonista de una novela, pero de aquellas que te hacen rellorar luego.
Siempre me burlé de la gente que se tatuaba nombres de sus parejas. “Jamás haría eso”, decía. Bueno, ya ven cómo es la vida, nunca hay que escupir al cielo, porque te cae directo en la cara.
Conocí a mi exnovio, ese ser al que le entregué todo, hace apenas unos meses. Fueron tres meses intensos, de esos donde uno siente que encontró al amor de su vida, que cada palabra, cada abrazo, cada salida, eran mágicos. Él me hablaba de futuro, de planes, de cosas lindas. Yo, ilusionada, me entregué sin pensarlo. Y sí, cometí ese error: me tatué su nombre. Fue su pedido para nuestro aniversario de 3 meses, y como loca enamorada, le dije que sí sin pensarlo dos veces.
Pero justo ese día, el día del tatuaje, el universo decidió darme un cachetazo. Me llegó un mensaje equivocado, de su compañera de trabajo. Esa misma que hace poco se hizo mi “amiga”. Ella le reclamaba por qué iba a pasar conmigo el día del aniversario y no con ella. Ahí me di cuenta de todo. Me engañó, me mintió, me usó.
“Amiga, date cuenta”
Encima, el descarado nos regaló a los dos. A mí me trajo un perfume, y a el una remera, luego de regresar de un viaje ¡Qué generosa la tipa! Todo lo tenía bien planeado tenía ella para quitarme a mi hombre.
Hoy estoy destrozada. No sé cómo reponerme de esto. El tatuaje me quema la piel, no por el dolor físico, sino por el recuerdo. Me da miedo pensar que en el futuro otra persona vea eso y se aleje. Pero también pienso que es parte de mi historia, de mi aprendizaje.
A quienes lean esto, les digo: no se cieguen por amor. Escuchen su intuición. Y si se van a tatuar algo, que sea un símbolo, un dibujo, pero no un nombre por favor, ¡date cuenta amiga! El amor puede ser eterno… o durar tres meses.
Ahora estoy sanando, de a poco, con el alma rota pero con ganas de seguir. Porque aunque me fallaron, no voy a dejar de creer en el amor. Eso sí… la próxima vez, ni loca me tatúo otra vez. ¿Qué consejo puede darme licenciado?
Buen día mi estimada Fabiola, es de nobles e inteligente reconocer los errores que se pudo cometer en la vida y aprenderlo de ellos.
Creo que eso se dio contigo, esta persona, se aprovechó de alguna carencia afectiva que le manifestaste y procedió a utilizarlo para alimentar su ego, ya que lo mismo hizo con la compañera de trabajo. Lo cual dice que no es buen partido.
La próxima vez que se encuentres frente a una persona que te despierta interés y viceversa, demostrale lo que sentís con palabras y acciones que queden para ambos y no con marcaciones que queden solo para vos.
Con relación al tatuaje, creo que hoy día hay tecnología para borrarlo o imaginación para cambiarlo por algo que te guste más y vaya contigo.