Soy Reinaldo, tengo 28 años. Capaz a algunos les va a parecer una boludez lo que me causa conflicto, pero para mí ahora mismo estoy pasando una prueba de fuego.
Yo tengo mi novia, se llama Analía, tiene 23 años, ella es reeee linda, de esas que te derriten todito mal, porque demasiado atractiva, pero tiene un carácter de aquellos, “hílore” me tiene últimamente.
Estamos de novios hace un año y medio, y la verdad que yo estaba muy metido con ella. Le dediqué todo mi tiempo, dejé muchas cosas por ella, pero hay algo que nunca dejé: el piki vóley.
Yo soy de barrio luego, estoy en Luque, y ahí todavía jugamos mucho el deporte.
Desde que tengo uso de razón juego. Es mi pasión, mi manera de liberar el estrés, no me imagino mis días sin jugar.
Después del laburo, me voy directo a la cancha del barrio con los muchachos. Ahí se juntan todos: Carlitos, el Gordo, “Perro”, el “Pitufo”, bueno, esos son sus marcantes.
las “chi”
También vienen las “chi” a mirar, a hacer barra. Es el lugar donde me siento vivo. Pero para Analía, el piki es “la perdición”, así me dijo. ‘Siempre estás ahí, como un vago, como si fueras soltero todavía, calentoneando con las bandidas que se van ahí’, me tiró una noche, toda enojada porque no quise ir con ella a una reunión familiar por quedarme a jugar un partido clave.
Desde ahí comenzó la intensidad de mi novia, que no le doy su lugar, que el piki es más importante que ella, que seguro me entiendo con todas las chicas, nambré voi. Me estresó todito mal en unas semanas, una tortura fue para mí.
Religión
Yo traté de explicarle que no es así, que el piki es otra cosa, que es pasión, prácticamente es mi religión le dije, para qué pa luego. Ya me dijo luego ‘anda entonces con tu novia la pelota’. Y no para más con esa frase.
Entonces un día me lanzó el ultimátum. Así mismo, como si fuera una escena de novela. Me miró a los ojos y me dijo:‘Si de verdad me amás, vas a dejar el piki vóley. Quiero que elijas: o yo o la cancha, esa es la prueba de amor más grande que podés darme’, me dijo un poco.
‘¡Nderasore, nonaatiii!’ dije ya luego ahí, y literal le dije ‘ahí me matas’. Eso le enojó más.
Ahora, estoy muy pero muy preocupado. No me está hablando ella, pero este sábado le voy a ir a ver y debo darle una respuesta. Estoy pensando seriamente, pienso que estar sin ella, y me dolerá mucho, pero el piki no puedo dejar, voy a morir deprimido. Entonces ¿será que está bien si la dejo a ella o habrá una forma de convencer a ella o habrá una forma de convencer a alguien tan jodida?
La respuesta: