Julián se encuentra entre la espada y la pared. Por un lado, siente que está conectado con una persona muy especial, pero la mujer es más que prohibida para él.
El lío en su vida comenzó cuando su padre trajo a una nueva pareja a la casa.
“Mis papás se separaron cuando yo era chico, desde ahí mi papá tuvo varias novias y ahora nos presentó una que está muy buena
No quiero decir nombres, pero ella es muy joven, solo nos llevamos 3 años. Yo tengo 26 años y ella 29, creo. No puedo evitar mirarle cuando está en casa y siento que ella me mira también, pero de otra forma. Sí o sí nos damos cuenta cuando alguien se fija en nosotros con otros ojos, ¿verdad?
Hace unos días, no pude evitar mirar sus musculosas piernas cuando se puso una minifalda de vaquero. Le quedaba muy bien y resaltaba su figura. Me quedé casi sin aliento al verla caminar por toda la casa. Se arregló un poco demás porque iban a venir unos familiares a saludar por las fiestas. Pero en general, ella se viste muy bien.
Cosas en común
También tenemos muchas cosas en común y solemos quedarnos solos hablando por horas, incluso sin mi papá. Frecuentamos los mismos lugares y nos movemos en los mismos círculos, porque ella es corredora igual que yo. Entonces compartimos los mismos sueños, metas, en cuanto a lo deportivo.
Mi papá tiene más de 50 años, no sé cómo hizo para estar con alguien mucho más joven que él.
La verdad que estoy un poco desesperado por lo que estamos pasando. Una situación que ninguno pidió realmente, porque surgió nomás esa conexión.
Intento concentrarme en otra cosa, incluso no estar tanto tiempo en casa, pero en medio de mi jornada, le pienso mucho la verdad. Tampoco me llaman la atención otras mujeres como ella. Seguramente por todas los temas que compartimos que no muchos entienden.
No sé si hacerme el loco y decirle algo, pero obviamente no quiero lastimarle a mi papá, porque estoy seguro que es recíproco el flechazo que hay. Realmente me siento así hace mucho y estoy enamoradísimo ¿qué puedo hacer?
Respuesta de la psicóloga Paola Zapata
El sentir atracción hacia una persona, ya sea pareja de tu padre o pareja de un amigo, escapa de nosotros. Lo que sí ya está bajo nuestra responsabilidad es qué hacemos con esa atracción. Recordemos que tenemos nuestra base instintiva, pero también somos seres racionales y que nos diferencia de otro animal, y más que todo lo moral. Y esa razón es la que impide que hoy en día puedas evitar hablarle y decirle lo que sentís.
Obviamente está mal que tengas algo con tu madrastra, ya que hay un vínculo con tu padre y dentro de eso está la lealtad padre e hijo. Uno puede sentir culpa por sentir esa atracción, porque no está en nuestras manos. Muchas veces lo prohibido atrae más.
Lo que te recomiendo es que no mezcles las cosas. No porque sientes atracción por esa persona, estás obligado a decirle algo. Poné en una balanza. Dejar el egoísmo y pensar lo bueno y lo malo, qué es lo que pesa más. Analizar si por un simple instinto pongas en tela de juicio el vínculo con tu padre, porque es algo que nunca más se va a poder recuperar. Entonces es: No ser tan egoísta y no tan instintivo.