Hola diario Extra. Soy Yoly. Tengo 23 años y hace dos años estoy casada. Con mi pareja tenemos un bebé de un año cinco meses, que es mi motivación para trabajar y salir adelante.
Con mi esposo, estamos en un momento en el que, creo, la relación no va más.
Antes de casarnos, él y yo nos gustábamos mucho. Y salíamos como noviecitos, pero no era algo muy serio, pero la relación se fue complicando.
El tema es que luego me embaracé, en un descuido sinceramente. Rápido me di cuenta. Yo todavía vivía en la casa de mis padres y tuve que contarles. Ellos son muy a la antigua y argeles.
Le conocían en ese entonces a mi esposo porque es del barrio y solía llegar a casa. Y ahí mismo mi mamá fue a hablar con sus papás para comprometernos. Fue más o menos por presión.
Ricardo, mi pareja, tiene la misma edad que yo, y es un hombre muy responsable, es un buen tipo. Pero tampoco estaba muy seguro de querer casarse ya, pero me dijo que me quería y que él iba a hacerse responsable, que íbamos a estar bien juntos. Él trabaja bien ya, al menos da para vivir. Estamos en una casita al fondo de la casa de mis padres.
En fin, acepté. Pero cuando eso la relación estaba empezando recién y todo parecía color de rosa, pero cuando pasó lo del embarazo, es como que todo terminó, la magia se rompió y ya no había conexión entre ambos.
Igual nos casamos cuando tenía dos meses de embarazo, rápido fue el tema, principalmente mis padres no querían que se note la panza.
Siento que los dos nos casamos sin saber lo que queríamos realmente, éramos muy jovencitos.
Hoy estamos juntos sin amor. Y no sé qué hacer porque yo dependo de él económicamente y además está mi familia de por medio. Mi hijo es pequeño aún y necesita de un padre presente. Pero no le quiero, y sé que tampoco me quiere ¿qué hago?
Si realmente considerás que ninguno de los dos quiere estar en la relación por falta de amor, entonces el primer paso sería hablar con él y empezar a buscar un trabajo para que poco a poco puedas tener tus propios ingresos y no depender económicamente del padre de tu hijo/a.
Luego tendrías que acordar con tu esposo cómo se daría la separación y los gastos alimenticios de su hijo/a, recordá que cubrir sus necesidades básicas es lo primordial y que es responsabilidad de ambos.
La separación no es algo fácil, pero siempre y cuando se priorice el bienestar del hijo/a podrían llegar a acuerdo que beneficien a todos. No olvides que también debés hablar con tus padres, ya que su apoyo te servirá de mucho si decidís ir por esta opción.
