Soy Gabriela y estoy casada con mi marido hace 12 años ya.
Estoy muy segura de él. Pero hay mucha gente mala que le etiquetan ya por los gustos que tiene.
Juanjo es un buen esposo, buen padre, buen vecino, buen amigo, excelente como persona, y a pesar de que está para todos los que le piden ayuda, igual nomás hablan a sus espaldas. Le “acuchillan”.
De personas que menos esperamos llegan las malas vibras había sido. Vecinos para quienes nosotros estamos sí o sí en lo que sea son los que inventan cosas de mí esposo.
A él siempre le gustó mucho usar camisa rosada, utiliza las floreadas también. De hecho que está luego de moda que los varones también usen esos colores.
Además, le gusta cuidarse las uñas, se va con una manicurista que le cuida las manos y los pies y le pinta con una base transparente nomás. También se perfila las cejas. Pero es una cuestión de que él es moderno. Es un hombre actual.
Pero pasa que vivimos en el interior, en un barrio donde la gente es todavía a lo yma, tienen todavía la mente cuadrada.
Macho
Por usar esas remeras de color “de mujer” o ajustadas ya dicen que es gay, y la verdad que no conocí nunca un hombre tan macho como mi marido.
Pero lo que más me sorprende es de estos vecinos, amigos. Cuando tuvieron familiares enfermos nosotros los trasladábamos a los hospitales. Les invitamos a comer en nuestra casa, les invitamos a fiestas, les servíamos el mejor corte de asado.
Nunca les excluimos de los encuentros, y cuando necesitaban trasladar algo les trasladábamos nosotros porque tenemos vehículos y ellos no. Cuando se quedaron sin gas de noche, fuimos a comprarles en nuestro auto, cuando se pelearon (el esposo y la esposa) le dimos un colchón al señor para que duerma acá hasta que se arreglaron.
Me indigné muchísimo cuando hace unos días, vino el hijo de 8 años de ellos, y le dijo a mi hijo de 6 años que su mamá y su papá dicen que a mi esposo le gustan los hombres porque usa remera de colores y rosadita, y además agregaron que es “amanerado”.
Eso me contó mi niño después. El tema es que todavía no les encaré, pero estoy enojadísima por esos chismes. Nos peleamos y todo con mi marido por todo este tema y ahora no sé cómo afrontar la situación ¿Por qué la gente es así de mala? ¿Qué hacemos en estos casos?
Buen día Gabriela, como es bien sabido, las amistades se pueden elegir, pero los vecinos no, es por eso que deberías ver en que es útil tratar de sostener una relación de supuesta amistad con estas personas, digo “supuesta”, porque como citás en tu relato, las buenas intenciones o acciones solo vienen de parte de ustedes. Más bien suena como que quieren ser aceptados por esta gente.Ya estamos grande para tratar de encajar o buscar la aprobación o aceptación de los demás. Si vos estas segura con tu marido, si no te afecta lo que dicen los demás, eso debe valer más. A la gente nunca le vas a dar el gusto y tampoco debés desvivirte por hacerlo. Si no te nace decirlo para superar ese enojo que tenés con ellos, dejá pasarlo, pero de a poco también dejá de buscarles o asistirles a esta gente que no valora la amistad sobre los estilos y gustos personales de cada uno.
