El Poder Ejecutivo confirmó en las últimas horas el levantamiento de las restricciones, tras derogar el decreto N° 3456 que establece la emergencia sanitaria.
Es decir ya no es obligatorio el uso del tapabocas para prevenir el contagio del COVID-19. Muchos celebraron esta noticia, debido a que todo esta volviendo a la relativa normalidad. Sí, era un poco fastidioso usar las mascarillas, pero es innegable que salvaron miles de vidas. El Ministerio de Salud todavía recomienda su uso en algunos lugares cerrados. Mencionan que el último relajo de fin de año costó muy caro y se perdieron vidas. Personalmente no supe cómo reaccionar con esta noticia, debido a que el COVID golpeó muy duro en mi hogar. Supongo que esto le pasó a miles de compatriotas, que todavía vemos al virus con cierto temor y rechazo.
Muchos todavía se quejan de la pérdida de plata por culpa de la pandemia, otros sobre la cancelación de sus viajes, reuniones y farras. Algunos perdimos familiares y seres queridos, daños irreparables. Sí, señores, el levantamiento de las restricciones sanitarias se trata de una buena noticia. Pero creo que debe ser celebraba con mesura y respeto hacia las 18.000 personas que no resistieron por la tardía llegada de las vacunas y falta de infraestructura en los hospitales públicos.