Muchas veces la soledad tiene como que una fama no muy buena y algunas personas le tienen tanto miedo. Temen que sea su compañía de por vida.
Creemos que la soledad es mala pero si le sacamos provecho puede ser muy buena consejera, ya que aprendemos a estar solos, a no depender emocionalmente de alguien para sentirnos enteros.
Esto hace que no seamos objetivos y a la hora de elegir que quién esté a nuestro lado sea quien cualquiera, menos la soledad.
Al tener este temor seleccionamos personas de muy baja calidad ya que nuestro miedo nubla todo tipo de raciocinio.
Sin embargo, cuando vemos a la soledad como una amiga a la hora de seleccionar quién compartirá mi vida y a mi lado, mi día a día será de una calidad mejor, ya que lo eligió no por necesidad precisamente.
Asociamos soledad con la tristeza, con falta de habilidades sociales y rarezas, así que querer estar solo resulta poco convencional en estos tiempos.
Pero hay muchas personas que se sienten cómodas estando solas y sacan provecho de su propia compañía.
La soledad te ayuda a conocerte a vos mismo de una manera más profunda y eso, a su vez, te permite saber quién sos, qué deseás, qué necesitás y qué es lo que merecés.