28 abr. 2025

¡El que se “chipa” pierde, papá!

Por Hugo Barrios @Huguelli Por Hugo Barrios @Huguelli

Ni el pan dulce es tan sabroso en Navidad como lo es la chipa en Semana Santa. Es nuestra y, detrás de su elaboración, hay una tradición que une a todas las familias cada vez que se acerca la llegada de los días santos. El delicioso bocado de almidón, queso Paraguay y otras “yerbas” se convirtió en el feriado largo en la niña bonita de todos los hogares. Aún lo sigue siendo, pese a lo dura que ya pueda estar a estas alturas.

Si algo hay que agradecer por estas fechas es que este alimento logró acercar a parientes y amigos para compartir un momento de charla al momento de cocinarlo o degustarlo. Claro, su consumo en exceso puede traer algún que otro problema intestinal, tal como lo advirtió el propio Ministerio de Salud. Pero qué importa, los mordiscos sí que valen la pena.

Con el correr de los años, la elaboración de este noble producto fue convirtiéndose en una importante fuente de ingreso para familias enteras. Hoy, numerosas empresas explotan su venta para dar trabajo a miles de compatriotas. Incluso la chipa pasó a ser un rubro de exportación. Claro está, hay quienes las preparan en su casa y recorren kilómetros a pie para ofrecerlas, sin importar que haga frío o calor.

Junto al tereré, la chipa ya se ha convertido en todo un símbolo gastronómico de nuestro país que va más allá de un simple preparado. En los estadios de fútbol no puede faltar un chipero así como tampoco las chiperas pasan inadvertidas en los viajes al interior.

Muchos chistes recorrieron las redes sociales por estos días con relación a nuestra chipa. No pasan de ser meros condimentos de humor que giran en torno a ella, pues con el transcurrir del tiempo las generaciones van adaptándola a su vida como una compañera infaltable en su menú.

El lado tierno de esta historia fue ver a nuestros pequeños participar con mucho entusiasmo de la elaboración de chipas en sus escuelas. Si me dieran a elegir entre el pan dulce y la chipa, elegiría mil veces y sin dudar el pan sagrado de Paraguay. Y recordá siempre: “¡El que se ‘chipa’ pierde, papá”! Ya tú sabes.