A raíz de los trágicos acontecimientos en los últimos días en nuestro país se mencionó bastante el nombre de Pablo Emilio Escobar Gaviria, peligroso narcotraficante que causó muchísimo daño en Colombia.
Tal vez muchos no recuerden, pero este criminal tuvo su paso por la política cuando todavía tenía la fachada de “empresario exitoso”. Hasta llegó a ser diputado suplente en su país por un breve lapso.
Tenía como objetivo ocultar sus acciones criminales bajo la imagen de un político al que “le preocupaban los pobres”.
Aunque las comparaciones para muchos sean odiosas creo que en este tipo de casos son bastante útiles para intentar entender la realidad en la cual nos encontramos.
En Paraguay tenemos a varias figuras políticas que tienen una historia bastante similar a la de Pablo. La diferencia es que la mayoría de estos bandidos locales sí lograron tener éxito en política, ocupando los puestos más importantes y manejando la Justicia a su antojo. Muchos de ellos ni siquiera pueden salir del país, otros son supuestamente investigados, pero es poco probable que sean condenados. Los que cumplieron el sueño de Escobar son criminales igual que él y nuestro único escudo contra estas nefastas personas es nuestro voto.