La pistola estaba en manos de la doña de 66 años cuando se disparó. Su hijo, de 40 años, cayó al piso y una herida en su panza comenzó a sangrar. Se trata de Marciano Medina.
La señora, del San Juan del Paraná, departamento de Itapúa, salió corriendo a la calle y rogó a los vecinos que la ayuden a trasladar a su hijo a un hospital.
Los vecinos prefirieron no meterse en el problema y llamaron a la policía para que se haga cargo.
El personal de la Comisaría 33° llegó a la casa y encontró a la víctima con una herida de bala en el lado izquierdo de la panza. Lo trasladaron al Hospital Regional de Encarnación, está internado.
Violencia familiar
La doña estaba llorando, quiso acompañar a su hijo al hospital, pero los uniformados le indicaron que debía acompañarlos.
Entendió y no puso resistencia. Antes, la mamá contó a la policía lo que sucedió en la noche del sábado.
“Yo solo me defendí”, repitió varias veces la doña a los intervinientes.
A las 19:00, el hombre de 40 años llegó borracho a la casa donde vive con su mamá.
Comenzaron a discutir porque su hijo quería seguir bebiendo, según la versión de la señora.
El hijo le dijo un montón de groserías a su mamá y la empujó reiteradas veces hasta que sacó una pistola y le apuntó directamente en la cabeza.
La doña no tuvo miedo; se enfrentó a él e intentó quitarle el arma. En medio de un forcejeo, la pistola se disparó y el hijo recibió el balazo que lo dejó tendido.
La policía señaló que la mamá fue trasladada a la comisaría de mujeres por orden de la Fiscalía.
El disparo se habría realizado desde una pistola calibre 22, pero los polis no hallaron el arma en la casa. Según la detenida, era constantemente agredida por su hijo, pero nunca se animó a denunciarlo para que no cayera preso. Tristemente, le tocó a ella.