Los años pasan y las nuevas generaciones van cambiando las costumbres de celebración de Navidad y Año Nuevo.
Algunas tradiciones heredadas por los abuelos van perdiéndose de a poco. La Navidad pasó y notamos muchas diferencias con años anteriores, estas son algunas de ellas.
1 Los pesebres. Cada vez menos familias arman pesebres, si lo hacen son pequeños y se colocan dentro de la casa. La tradición casi perdida, especialmente en Asunción y alrededores, es que los chicos paseen por el vecindario para cantar al niñito Jesús.
2 Intercambio de clericó o comida.
La abundante comida se disfruta en familia y ya poco se comparte con los vecinos.
Natalia Garcete, de Ñemby, recuerda que su madre intercambiaba con los vecinos sopa, chipa guazú y clericó. “Todo el tiempo llegaba alguien a casa con un plato de comida y mamá le invitaba también de lo que preparó. Ahora pocos mantienen esa costumbre”, señaló.
3 Las felicitaciones.
Pocos son los que recorren la cuadra para felicitar a los vecinos por Navidad o Año Nuevo.
“Mis padres visitaban a cada vecino después de brindar en casa. Esa tradición y los saludos con besitos se perdieron con la pandemia, pero no es solo eso. Ya casi ni se saludan los vecinos”, dijo Leticia Gamarra, de Itá.
4 Fiesta en el barrio. Se armaba la farra en casa de un vecino o en la calle.
“No andábamos encerrados. Pasábamos visitando a los vecinos y tomando clericó, para cuando llega las 12 nosotros ya no queríamos comer nada. Todo eso cambió. Después de las 12 nos íbamos otra vez para bailar en la otra casa. Al día siguiente a las 18:00 otra vez nos daban la chipa y la sandía del pesebre”, dijo Rosa Roa.
5 Niños sólo quieren regalos.
Los niños y adolescentes no se emocionan mucho por estrenar ropa nueva, pero sí piden regalos para Navidad. “Nosotros nunca tuvimos regalos de Papa Noel. Eso no existía, eran solo los Reyes Magos. Ahora los niños hacen sus cartas o le pechean a los tíos para su regalo”, dijo Carlos Gaona, de San Lorenzo.
6 Hay menos bombas. En Navidad se escucharon pocas bombas, según los reportes. Al parecer las campañas de concienciación dieron resultados. Algunos dicen que están guardándolas para Año Nuevo. ¿Hacia tu casa cómo fue?
“Cuando vamos a la casa de la tía o de una amiga del barrio mis hijos le cantan al pesebre. Ellos conocen los villancicos porque cantamos juntos, pero no les permito visitar casa por casa. Nosotros vivimos en un barrio peligroso y sería irresponsable”, Carmen González de Asunción.
Pura selfies
“Ahora poco y nada ya se comparte con los vecinos, es pura selfie. Antes se salía a bailar en la calle y hasta llegamos a cenar entre todos, eso ahora es impensable. Muchos de los primeros vecinos ya no están, quedamos algunos, ahora están los hijos y los nietos”, Graciela Sánchez de Mariano R. Alonso.