04 ene. 2025

Su familia fue a saludarle en su guardia: “Es triste pasar solo”

Su esposa e hijos decidieron ir hasta el trabajo del guardia de seguridad para felicitarlo.

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César con su esposa Betty.

Como ya es costumbre desde hace 30 años, a César Osvaldo Cardozo (54) le tocaba esperar las 00:00 de la Navidad y del Año Nuevo en su lugar de guardia, por lo que su familia se fue a saludarlo en su trabajo.

“Es triste pasar todas las fiestas solo”, relató el sereno de Encarnación.

Comentó que su esposa, sus cuatro hijos y otros allegados supieron darle la vuelta a su realidad y desde hace unos 5 años van a felicitarle en su lugar de laburo.

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En esta fiestas que pasaron, tanto en la Navidad y Año Nuevo el guardia de seguridad recibió el cálido abrazo de sus seres queridos en su puesto.

Antes de las 12, le llevaron para su cena, y después se fueron a saludarle, compartieron un rato con sus familiares, luego se retiraron y don César se quedó hasta las 07:00 de la mañana de ayer, explicó.

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“Me sentí muy alegre porque se fueron a saludarme. No da gusto pasar así, todos los años yo paso Navidad, Año Nuevo, Semana Santa en mi puesto, para mí ya es normal”, señaló el guardia.

“Las fiestas las paso solo, mi compañía es mi arma”, dijo.

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Cuando hay más movimiento, como las fiestas de fin de año, toda la noche y madrugada debe estar alerta, porque hay mucho peligro, contó el trabajador.

Por eso, no toma ni el clericó en su puesto, hace pasar el sueño con tereré y gaseosa. Cuando ya no aguanta más pone su radio.

Señaló que es muy serio y cumplidor.

“Cuando quiero dormir demasiado, me levanto y camino”, he’i.

A veces siente un poco de tristeza por no poder compartir con sus seres queridos de una forma más tranquila.

Cementerio

“Un año pasé la Navidad como guardia en el cementerio. Esa vez no pudieron ir a saludarme, me mandaron para mi cena, no da gusto, todos están farreando y yo de guardia allí” , lamentó don César, quien actualmente está como sereno en un supermercado encarnaceno.

Betty Velozo, quien hace 31 años está casada con don César, comentó que normalmente los días festivos, como los cumpleaños, su pareja la pasa en su puesto.

“Se siente triste (ir a saludarle en su trabajo) y emocionados, cuesta, a veces dan ganas de llorar por tener que ir allá para saludarle, que él no esté en esos momentos especiales compartiendo en la mesa con nosotros”, añadió.

Sacrificado

“Digamos que ya es nuestra tradición irnos a saludarle en su lugar de trabajo, porque él no pasa con nosotros. El trabajo de los guardias es sacrificado, ellos no tienen día para que puedan disfrutar con la familia. Para que él se sienta apoyado de su familia, sí o sí, las 12 vamos a saludarle”, dijo Betty.