Con una enorme panza y los pasos muy lentos detuvieron, el miércoles, a una mujer de 31 años que iba de Paraguay a Brasil para los controles de Aduana. La doña dijo que estaba en sus últimos meses de embarazo, por lo que quería pasar ya, pero a los Policías Federales de Carreteras del vecino país les llamó la forma desprolija de su barriga, por lo que decidieron revisarla.
Apenas le tocaron la panza pillaron que era dura y tenía una textura de embalaje. Le pidieron levantar la remera y se dieron de cuenta de que sus sospechas eran ciertas: la mujer llevaba consigo un montón de productos electrónicos de contrabando, entre celulares, microcámaras y otros, presumiblemente comprados en Ciudad del Este.
Según los policías, el acercamiento se produjo en el km 660 de la BR-277, y al detener a la pareja, la policía encontró muy sospechoso el comportamiento de los dos. Informaron que la mujer tenía un gran volumen en la barriga, pero no parecía real. El nerviosismo acabó de entregar a la mujer, que presentó un relato incoherente a la Policía. Así, terminaron confesando que usaban la faja abdominal como estrategia para tratar de burlar a las autoridades, en caso de que fueran abordadas.
La agencia de aduanas de Cascavel, también en el oeste de Paraná, se ocupa ahora del incidente. El caso continúa siendo investigado.