Darío Alberto Delgado Ortiz (51), oriundo de Paraguarí, fue asesinado a balazos por dos desconocidos mientras se encontraba en la caseta de la Patrulla Caminera, sobre la ruta PY07, a la altura del kilómetro 230 de Hernandarias.
Alberto llevaba 22 días trabajando en ese puesto.
Ocurrió el sábado cerca de las 22:15, mientras el agente estaba con su compañero, Hernán González, realizando trabajos administrativos.
“Ellos ya no estaban haciendo controles. Ya habían entrado a la caseta y estaban por ir a descansar porque ya era tarde. Estaban sentados juntos y, justo, Darío estaba hacia la puerta que fue baleada. Las balas traspasaron la puerta de metal y dos impactaron contra él”, indicó a EXTRA el comisario Juan López, de la comisaría 24° de Alto Paraná.
El finado fue auxiliado por sus compañeros y trasladado en la patrulla hasta el Hospital Distrital de Hernandarias. Aunque intentaron reanimarlo, ya llegó sin signos de vida.
La doctora Tania Morínigo detalló que su muerte fue producida por un disparo recibido en el lado izquierdo del tórax, cerca del corazón. El segundo impacto afectó el lado derecho del abdomen.
Se salvó
Tan solo minutos antes, Felipe Brítez, secretario de los agentes, también estaba en el lugar, pero salió a buscar uno de los conos que estaba afuera, momento en que ocurrió la desgracia. Al escuchar los disparos, regresó corriendo a la caseta.
“Lo que llegó a ver es a un hombre sobre la moto. Estaba todo vestido de negro, con casco, sobre una moto oscura, quien escapó hacia la zona norte”, comentó.
Investigación
Aunque en la investigación no descartan algún tipo de venganza, aún no se saben las causas del ataque. Los agentes declararon no tener problemas personales con nadie ni con ningún conductor.
Se realizaron aproximadamente 16 disparos con un arma de 9 milímetros, aunque en el lugar encontraron solo 14 vainillas servidas y presumen que algunas se perdieron por la circulación de los vehículos en la zona.
Tampoco se tienen datos de los autores, por lo que recurrirán a las imágenes del circuito cerrado de una estación de servicio ubicada a unos 150 metros del lugar.
El tercer ataque desde el 2012
El comisario afirmó que, si bien la zona no es considerada “peligrosa”, esta sería la tercera vez que la caseta es baleada, siendo la primera vez en 2012 y luego en 2017, aunque en ambas ocasiones anteriores no hubo víctimas fatales.