Hace 20 años atrás era casi impensable comprobar hijo de quién era una persona, si es que no estaba reconocido. Con el correr del tiempo, la técnica del ADN logró demostrar el vínculo. La abogada Emilia Sanabria contó a EXTRA que se puede demostrar incluso cuando el supuesto padre haya muerto.
La primera experiencia que vivió fue hace una década. Por entonces, un funcionario de Itaipú dejó un hijo extramatrimonial. Explicó que existen diferentes formas de realizar el estudio. Uno de ellos es ADN a los hijos o hermanos del difunto o con algunos huesos o cabellos. Aquella vez se eligió la primera opción.
“Lo que la gente tiene que saber es que no se puede negar a un pedido de ADN, porque eso resta credibilidad en un juicio. Ya sea casado, ni si está muerto. En nuestro caso, se probó que era el hijo. Y se pudo abrir la sucesión finalmente”, indicó la profesional del Derecho.
Su colega Hugo López explicó que este procedimiento puede implicar la exhumación de los cuerpos.
“Se llama necropsia. Pero se realiza si es que aún en el cuerpo hay células blandas, como lo llaman los profesionales. La muestra preferiblemente es de hueso largo, como el fémur o los dientes. En 30 días se pueden obtener los resultados. El tema es que se maneja un presupuesto limitado, pero se puede realizar en laboratorios privados”, indicó.
López actualmente lleva adelante un caso de filiación y dijo que gracias a esta técnica ya se confirmó que un hijo no reconocido es hijo biológico de un hombre hoy ya fallecido.
“Ahora solo ya se espera la división de los bienes. Este proceso suele tardar un poco, entre esperar compradores de las casas o cosas así", expresó.
Casos emblemáticos
Elena Guerro inició una demanda para que se la reconozca como hija del exlíder del Partido UNACE, Lino César Oviedo, dos años después de su trágica muerte ocurrida en febrero del 2012. Así también, en septiembre del año pasado, Claudia Gutiérrez rompió el silencio y aseguró que ella y su hermano Sergio Augusto, ambos argentinos, son hijos del laureado escritor paraguayo Augusto Roa Bastos.