En enero, un paraguayo de 30 años fue apuñalado por asaltantes en Tartagal, provincia de Salta, Argentina, y se tuvo que operar en el hospital público Juan Domingo Perón.
Su pareja denunció que les cobraron 43.600 pesos (casi G. 400.000) diarios por internación, además de los insumos, remedios y tratamientos.
Pero desde este mes, por decreto del Ministerio de Salud de Salta, ya es oficial que los bolivianos, chilenos y paraguayos sin residencia en el país tendrán que pagar para usar los hospitales.
Esto viene como consecuencia de los recortes en las transferencias que hizo el gobierno central del ultraderechista Javier Milei a las provincias.
“Hay que priorizar y cubrir la salud de los salteños”, dijo semanas atrás el ministro de Salud salteño, Federico Mangione, para justificar el proyecto de arancelar la atención a la gente de países vecinos.
Él había manifestado que en el primer brote de dengue de 2023, los bolivianos ocuparon entre el 80 y 90% de las camas del hospital de la ciudad de Salvador Mazza, que limita con Yacuiba, Bolivia.
Y en los últimos tres meses, fueron atendidos 3.800 extranjeros en la provincia norteña. Eso significaría entre el 5% y el 10% del presupuesto.
Los aranceles
Para una orden de consulta, el arancel será de 5.000 pesos (G. 45.000); y por cada día de internación, 170.000 pesos (G. G. 1.530.000).
La atención no será negada en los casos de urgencia, pero después se verá la forma de cobrarle todo al paciente, avisaron las autoridades sanitarias.
Frontera paraguaya
La provincia de Salta limita con la localidad de Pozo Hondo (Boquerón), la cual tiene un precario puesto de salud, y a 60 kilómetros queda el de Pedro P. Peña.
En caso de necesitar atención más compleja, un poblador tardaría más en llegar al hospital de Mariscal Estigarribia, distante a 4 horas, que cruzando el puente para llegar a los hospitales de Tartagal, Salvador Mazza o Santa Victoria del Este.
Si bien este último es más pequeño, está a menos de una hora de viaje, en coche, según el mapa.