Dos cartuchos 9 mm y una advertencia había en el sobre anónimo que recibió un empresario luqueño, a quien avisaron que un secreto familiar sería revelado si no pagaba $ 75.000 (más de G. 547 millones) en 2 días.
“Tenía cierta información muy particular y personal del entorno de la víctima”, indicó la fiscal Irene Álvarez. Billete sobre billete, la víctima puso la plata que tenía pensado invertir en un negocio.
Para la entrega, las instrucciones eran claras: el novio de una sobrina, el argentino Santiago Álamo, un rugbista de 27 años, debía llevar y dejar en cierto punto. Álamo cumplió el cometido el 24 de octubre.
Un mes pasó volando. La familia llevaba una vida normal y el pasar económico del extranjero mejoró repentinamente.
Vida de rico
Álamo compró una camioneta 0 km de $ 9.000 (G. 65.700.000), ropa nueva a cacharrata, una pistola, chalecos antibalas y esposas metálicas, según las investigaciones.
Pero ayer a las 6:00 de la mañana, le cayó la Policía. Agentes del departamento de Antisecuestro llegaron hasta su departamento en San Lorenzo, donde le detuvieron como principal sospechoso.
“Se pudo obtener información que le vincula y trazabilidad de parte de lo que se pagó y dónde gastó”, comentó el comisario Mario Vallejos. Los policías supieron que llevó $ 30.000 (G. 219.000.000) a su gente en Formosa.
Lo más llamativo de todo era que hablaba del fructífero negocio que tenía con unos socios. “Tenemos conocimiento de que habría otras personas que podrían estar conectadas con el negocio que hizo luego del pago. Sus compañeros de rugby”, expresó Vallejos. En poder del extranjero recuperaron G. 80 millones y $ 15.000 (G. 109.500.000).
El ministerio público indaga el nivel de participación de sus compañeros, quienes se presume serían sus cómplice de acuerdo con la investigación.