Las horas pasaban, pero nadie podía escucharlo. Claudelino Ramón Bogarin, de 45 años, ni siquiera pudo levantarse del lugar donde estaba, por más que quisiera, no pudo intentar escapar de nuevo de la vivienda de un docente, adonde ingresó en la noche del jueves.
Cuando clareó la mañana, continuó gritando, pero su pedido de socorro recién después de las 8:00 de la mañana pudo ser oído. Un vecino de don Luis Pérez, en el barrio Universitario de Coronel Oviedo avisó a la policía que alguien detrás de la muralla andaba pidiendo ayuda.
Efectivos de la comisaría primera llegaron rápidamente al lugar. “Se fueron los personales y se dieron cuenta que en la casa estaba un adicto, un señor de 45 años en el piso”, relató a EXTRA el oficial Carlos Núñez.
El desconocido sufrió varias lesiones. “Se presume que en horas de la madrugada trató de entrar a la residencia, pero como se encontraba bajo los efectos de algún estupefaciente y bebida alcohólica se habrá caído al intentar a pasar la muralla. Al caerse sufrió cortes de consideración en la cabeza”, indicó el uniformado.
Los policías le trasladaron hasta el hospital regional para que sea atendido y se le hizo estudios para verificar que no tenía sangrados internos por el golpe que tuvo en la cabeza. Después de todo esto, se le llevó al departamento de Criminalística porque no tenía cédula y allí pillaron que tenía una orden de captura por robo e intento de homicidio.
“Ahora está en el calabozo, medicándose todavía porque sigue con dolores. Sobre su orden de captura posiblemente ya tiene su finiquito, pero no se borró del sistema. Creemos que por lo menos 5 a 6 horas estuvo ahí abajo”, manifestó el oficial Núñez.
Mencionó que, como la casa tenía una muralla alta, desde afuera no se veía ninguna irregularidad que haga sospechar, entonces nadie se dio cuenta hasta que amaneció del todo y los vecinos se empezaron a movilizar.