Brígido Benítez (38) denunció que la semana pasada fue contactado desde Facebook por una supuesta mujer, con quien estuvo mensajeando.
Al intercambiar números de WhatsApp, la desconocida le propuso conocerse en persona y lo citó hacia el km 12 Acaray, en Ciudad del Este.
Cuando iba en camino, la mujer le preguntó cómo iba vestido y qué moto tenía. Poco después, fue detenido por dos policías identificados como Alan Alvarenga y Eduardo Flores.
“Los oficiales dijeron que recibieron la llamada del dueño de un supermercado quien dijo que el señor estaba fumando marihuana”, informó el fiscal Osvaldo Zaracho.
Según la denuncia, los uniformados le sacaron su riñonera y lo llevaron al puesto policial 15°.
Una vez allí, empezaron a apretarlo, insinuándole que llevaba alguna droga. De su cartera, extrajeron tocos de marihuana y cocaína, que habrían sido plantados por los mismos agentes.
Para zafar, los policías le habrían obligado a llamar a sus familiares y pedirles G. 10 millones, para liberarlo.
Durante la extorsión, el hombre habría sido brutalmente golpeado en el pecho, mientras era apuntado con armas dentro del calabozo.
Al no conseguir la suma exigida, los oficiales redujeron el monto a 4 y luego a G. 2 millones, que fueron entregados por la hermana a uno de los agentes, según afirmó ella misma al periódico local La Clave.
Luego de 5 horas, fue liberado y, tras haber sido amenazado de muerte, presentó su denuncia en la Fiscalía como lesión corporal, tortura y extorsión.
Niegan todo
El comisario Feliciano Martínez negó todo lo señalado por la víctima y mencionó que los acusados ya se pusieron a disposición de la fiscalía.
“Ellos van a denunciarle al señor porque tienen testigos a su favor”, declaró.