La noticia de que encontraron muerto al cura Roberto Carlos Armoa González (40) conmocionó a la comunidad católica de Villarrica, Guairá.
Las malas nuevas rápidamente se extendieron y llegó a los oídos de los pobladores del tranquilo pueblo de Borja, de donde era oriundo el sacerdote, y que dista a 25 kilómetros de la capital departamental.
La policía y la fiscalía están uniendo informaciones para tratar de entender el complejo caso que ronda sobre el pa’i fallecido.

La triste noticia comenzó a ser difundida cerca de las 8 de la mañana de ayer.
Vecinos de las calles Presidente Franco y Boulevard Bicentenario del barrio Ybaroty llamaron al 911 a informar sobre el caso. Los agentes de la comisaría 5, al llegar, vieron desde la parte de afuera del domicilio que en el interior, bajo el techo de un corredor, estaba un cuerpo sin vida.
Se encontró un cable negro por el religioso. El forense Alfredo Lichi inspeccionó el cadáver e indicó que la muerte se produjo por una asfixia por ahorcamiento, sin lesiones externas.
Buscaron el auto
Algunas dudas surgieron porque el auto del cura no estaba, al igual que las llaves del portón y de la puerta de entrada de la vivienda.
El comisario Joel Cabrera, del departamento de Investigaciones, indicó que rastrearon la ubicación del coche.
El vehículo lo tenía su ahijada. Ella estaba en compañía de una menor de edad y otra mujer.
La ahijada declaró que su padrino le solía dejar el vehículo y que ese lunes, el cura fue a su casa, le dejó el auto diciendo que en la mañana de hoy (ayer) iba a hacer algunos papeleos.
La policía analizará imágenes de cámaras de las cercanías de la casa de la mujer. Será llamada por la Fiscalía.
El cardenal
El Arzobispo de Asunción, cardenal Adalberto Martínez, envió un mensaje de condolencia a monseñor Miguel Ángel Cabello, obispo de Villarrica, por el fallecimiento del padre Roberto Carlos Armoa.
Extendió el mensaje de condolencia a la familia del sacerdote fallecido y a la comunidad parroquial.
“Querido hermano, Mons Miguel, en estos momentos de dolor, desconcierto y tristeza por el fallecimiento del padre Roberto Carlos Armoa, manifestamos nuestro más profundo pesar y cercanía espiritual en esta triste circunstancia”, señala la nota. Y agrega: “Nos unimos en oración al Padre Eterno, que reciba en sus brazos a este hermano. Que nuestro Señor Crucificado de la Buena Esperanza acoja su alma en su eterno descanso”.
El sacerdote iba a dirigir la Parroquia Señor Crucificado de la Buena Esperanza en Borja y desempeñaba además el servicio de ecónomo (administrador) diocesano.
Diócesis de Villarrica se pronunció
El sacerdote Blás Arévalos compartió en su cuenta de Facebook un comunicado de la Dióscesis de Villarrica.
El la ciudad circulan todo tipo de versiones con respecto al fallecimiento del párroco y la iglesia salió al paso.
“Ante las diversas versiones que circulan en torno a su fallecimiento, pedimos respeto por su memoria y prudencia en la difusión de informaciones. La Iglesia no puede asumir posiciones prematuras respecto a las circunstancias de su muerte, confiando en que las autoridades competentes esclarecerán los hechos”, señala parte del comunicado.
Así también solicitaron evitar la difusión de imágenes que vulneran la dignidad del difunto y el respeto debido a sus seres queridos.