Hace unos días, Alejandro Cabral y su familia visitaron la pescadería de Remanso, en Mariano Roque Alonso. Querían pescados frescos, entonces compraron 3 kilos de boga y cuatro rodajas de surubí de dos vendedoras diferentes. Ambas pesaron la carne con una balanza romana, pero aparentemente hicieron figurar que el peso era mucho mayor, según la denuncia que hizo Cabral en su cuenta de Facebook.
Las cuatro rodajas de surubí supuestamente tenían 2.5 kilos y, como cuesta G. 55.000 el kilo, le cobraron en total G.137.000. Ante la duda, el cliente pesó las rodajas en una balanza digital y, para su sorpresa, solo tenían 1.2 kilos, según su relato.
Hizo lo mismo con la boga y se dio cuenta de que pesaba 2.3 kilos, en total le alcanzó G. 105.000. “Para resumir en guaraníes lo que me quisieron cobrar de más fue G. 71.500. Del surubí + G. 25.000. De la boga = G. 96.500. De más en esos 2 pescados”, mencionó.
Cabral lamentó que se “aprovechen” de la gente y dijo que lo último que desea es que se deje de comprar pescados de Remanso.
No es novedad
Bernardo Zárate, de la Asociación de Pescadores, señaló a EXTRA que no recibieron denuncias similares. Eso sí, dijo que no es novedad que la balanza romana (tipo gancho) pueda ser manipulada. “Para la gente mañosa por ejemplo es fácil manipular, por eso en la mayor parte se usa la balanza digital, en la romana te sale 4 kilos y en la digital sale 2 kilos”, indicó. Añadió que la municipalidad local debería encargarse de exigir a los vendedores usar la balanza digital. “La gente mira quién viene: si le parece algo ingenuo, busca la manera de joderle la vida”, puntualizó.
Anastasia Galeano, de la Aso de Vendedores de Mariano Roque Alonso, contó que no les queda de otra que usar la romana porque no tienen electricidad en el lugar. Pero, a pesar de esa dificultad, siempre busca la manera de pesar los pescados con la balanza digital, indicó.
Vendedora recomienda:
Anastasia Galeano señaló que la balanza romana es bastante confiable y su recomendación es cambiarla una vez al mes porque las más viejas son las que falsean.