El alboroto de sus gallinas puso en pie a doña Eliza Giménez, de 60 años, le pareció extraño, pero eran las 3:40 de la madrugada y prefirió no investigar. Ella es de Villa Ygatimí, Canindeyú.
Ni por asomo se le pasó por la cabeza, relató, que se trataba de algo. Solo miró por la ventana de su pieza, al no ver nada, se volvió a acostar.
El domingo último, como siempre, se levantó temprano para darle de comer a sus animales. Cuando llegó al corral notó algo extraño.

Doña Eliza se dio cuenta de que le faltaba una de sus gallinas, una de las más importantes porque era ryguasu kuru (gallina clueca).
Fue filmado
“Ahí recién nos pusimos a buscar en la cámara y encontramos que a esa hora que escuché el ruido, un muchachito saltó el tejido con la gallina en su mano”, contó a EXTRA la afectada.
Un emplumado de esos podría tener un costo de G. 50.000, eso sin contar que el precio de los huevos está por las nubes, pero más allá del perjuicio que pudo haber ocasionado el ladrón, el susto es lo que ella no puede aún superar.
“No hice la denuncia ni nada, pero le conocemos al muchachito. Dicen que tendría 10 años por ahí, pero nadie sabe, pero vive en una plaza de por acá. Sentimos otra vez que ande en esos pasos”, lamentó la doñita.
La mujer indicó que si bien tiene otras gallinas, su medio de subsistencia son sus animales y vive con sus tres hijos y su madre de 90 años ya. “Por suerte no pasó nada ni entró a la pieza o qué”, indicó.
La víctima indicó que suelen pasar los patrulleros de la Comisaría 11°, pero muy de vez en cuando. Que la inseguridad está cada vez más latente por esos lares.