Luego de la publicación de EXTRA sobre el alcotest aleatorio en lugares de trabajo, el tema no deja de dar de qué hablar en redes sociales. Ahora, el abogado laboralista Juan José Bernis, dijo que hay otras “mañas” para despedir a los laburadores, más aún a los que tienen estabilidad laboral.
Uno de ellos es el uso de polígrafo (detector de mentiras) para pillar si es que miente o no.
“Hoy en día los empleadores ponen estos aparatos que es para detectar si sus empleados mienten. Ponen cámaras en los baños, hay muchas irregularidades que suceden. Y estas pruebas son utilizadas para poder despedir a trabajadores con estabilidad”, dijo a EXTRA.
Incluso muchos recurren a revisar el celular de los trabajadores luego. “Estos son casos que tuvimos recientemente”, dijo el experto en leyes.
Contó que cuando los patrones deciden “chutar” al empleado con este tipo de pruebas (siendo un procedimiento ilegal), la prueba es “nula”, o sea que si el empleado se aviva, puede denunciar el hecho justamente por ser irregular.
El detector de mentiras suelen usar los bancos y otras financieras cuando hay faltante de dinero. Y en algunas empresas en la misma entrevista de laburo aplican el polígrafo para el postulante al cargo.
Con polis y fiscalía
Sobre el alcotest o narcotest en el trabajo dijo que hacerlo por disposición de la empresa nomás es una práctica completamente ilegal.
Agregó que si hay una situación de riesgo, o se sospecha que el trabajador llegó “tatare”, la prueba debe hacerse en la comisaría, con una denuncia previa y con intervención fiscal.
Además, primero los policías deben encontrar que hay indicios de consumos de alcohol o drogas, como podría ser alguna lata o botella de la bebida.
“Toda prueba debe ser supervisada, debe ser de un laboratorio de confianza de ambas partes. Si el patrón paga y el patrón es el que contrata, el patrón puede ordenar que hagan el informe como ellos quieran”, expresó.
Insistió en que el trabajador tiene derecho a participar de todo el proceso de análisis de las supuestas pruebas en su contra.
Lo que pasó
El pasado 11 de octubre, el empleado Julián Balbuena fue llamado en la oficina de Norma Wihibi, propietaria de una empresa en Hernandarias. La patrona le despidió sin previo aviso porque la jefa de su área le pilló borracho.
Julián exigió alguna prueba de eso. No fue escuchado y terminó demandando por difamación, calumnia, daños y perjuicios a sus exjefes.
Deben tener un reglamento claro
Bernis dijo a EXTRA que todas las empresas deben tener un reglamento que establezcan cuál va a ser el procedimiento en los casos en los que se sospeche que el empleado llegó ka’úre o drogado a su jornada laboral. “Eso debe estar homologado por el Ministerio de Trabajo para que el trabajador también pueda llamar a su abogado, pueda ejercer su defensa, supervisar y controlar la realización de la prueba para que garantice un resultado real”, concluyó.