Vivían en casetas metálicas, vehículos convertidos en casa o en camping, en un terreno tipo asentamiento de 25.000 metros cuadrado, donde alquilaban por 400 euros (G.3.200.000).
Hasta que, el pasado miércoles, fueron desalojados sin previo aviso. Unas 200 personas, entre ellas familias paraguayas, que compartían el lugar en Can Rova, ubicado en Ibiza (España), quedaron en la calle.
Por el alto costo del alquiler en esta isla turística, la clase trabajadora no tuvo de otra que conformarse con este asentamiento para vivir con su familia.
“Ni en mi país, que es Paraguay, se vive así”, dijo a un medio de Ibiza Darío, uno de los compatriotas que se quedó en la calle con su familia.
Durante el desalojo, el hombre resultó herido. “Perdí un diente debido a un empujón, también se cayó al suelo una mujer embarazada y mi amigo recibió tres golpes en el cuerpo por parte de los antidisturbios”, se quejó Darío.
Nuestro paisano y su familia duermen en un sofá en la calle.
Por su parte, Christian, otro compatriota afectado por el desalojo, contó que una Asociación de Paraguayos en Ibiza les ayudó con la compra de agua para hidratarse, atendiendo que están en la temporada calurosa.
“Yo estoy trabajando en la construcción, aunque ahora el jefe nos ha dado vacaciones”, contó Christian.
A él le pegaron con una porra en mano.
Alexander, otro paraguayo que habló con los medios de Ibiza, mostró los rastros de las golpizas que sufrió en el desalojo.
Los afectados se están organizando con asambleas para exigir a las autoridades un lugar digno donde dormir.