El pequeño Noah, de la Provincia de Santa Cruz, Argentina, llegó al mundo de forma prematura. El niño se convirtió en el séptimo hijo, por lo que el presidente Javier Milei deberá apadrinarlo, según la ley que rige en ese país.
La ley Nacional 20.843 de Padrinazgo/Madrinazgo Presidencial es un beneficio que brinda el Estado para lograr “una mejor calidad de vida”, tanto para el séptimo hijo como para toda la familia.
Esto generó una fuerte polémica en los últimos meses. Incluso un diputado por Santa Fe, Esteban Paulón busca vetar la norma que data de 1974.
La tradición del padrinazgo presidencial deriva de la creencia que el séptimo hijo varón de una familia puede convertirse en Luisón, leyenda guaraní que también es muy fuerte ashá.
En nuestro país, en la misma época del 70, comenzó la tradición de pedir, al entonces presidente Alfredo Stroessner que “alzara” a los hijos séptimos hijos varones.
David Galeano, profesor de guaraní y conocedor de las tradiciones, recordó a EXTRA “no había ley en sí, pero sí tradición”. “Venían, tengo entendido, hasta la Capellanía y ahí bautizaban al hijo”, comentó. Incluso llegó a hacer una entrevista a un grupo de familia que no pudieron llegar hasta el presidente y aseguraban que el hombre se convertía en “Luisón”. “Ellos decían que la única solución para deshacerse de él era disparándole una bala de plata”, detalló.
En archivos periodísticos se encuentra el testimonio de don Osvaldo Aguilera, quien conserva su “carnet” de ser “ahijado de la Presidencia de la República”, tenía un “sueldo de G. 200’i” hasta los 18 años y “no pagó pasaje nunca”.
Recordá la nota realizada a Lourdes Marina Giménez en este link:
Tuvo a su séptimo hijo varón y quiere que Santi sea el padrino