El padre Carlos Cáceres, de Coronel Oviedo, Caaguazú, dio un tirón de orejas a los fieles católicos que no participan de la bendición de palmas como se debe, sino que para agarrar asientos, se van directo al templo y al final de la misa le dicen “¡pa’i, ebendecimína chéve!”.
“Los ramos no se bendicen al final de la misa, los ramos se bendicen al inicio de la misa, es más, la misa empieza con la bendición de las palmas”, recordó el sacerdote en su homilía del jueves pasado.
Es una continuación
Según explicó, el Domingo de Ramos es una conmemoración de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, por lo que la misa siempre se realiza en una plaza, se bendice las palmas y luego en procesión van hasta el templo donde continúa la celebración.
“El precepto que dice, ‘oír misa entera’ en este misal (ese librito sagrado que guía la misa) dice ‘la misa continúa, no dice la misa empieza’ y para que lleven en cuenta, el obispo no va a decir ‘en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo’ sino que directo va a decir ‘oremos’, porque es una continuación”, reiteró el sacerdote.
Aclaró que los otros objetos, como agua, rosarios y santos, sí se bendicen al finalizar la eucaristía.
Al final el pa’i pidió a los creyentes que en lo posible lleguen a tiempo y participen con devoción la misa.
“Si no te vas a quedar hasta el final no vayas”
El padre Ángel Arévalos, de Asunción, dijo que la misa es sagrada y se debe participar desde el inicio hasta el final.
“Si te vas solo por la bendición de palma y te retirás antes de que termine la misa, es mejor que no vayas, porque eso es como ir a cumpleaños y te retires temprano, sin comer ni disfrutar nada de la fiesta”, dijo el sacerdote.