Con el Jesús en la boca está viviendo la señora Zunilda Y. (69) luego de enterarse de que su expareja (y todavía marido en papeles), un egipcio de 40 años, quedó libre de las 50 denuncias que presentó en su contra por violencia, abuso y amenazas.
“Es una injusticia, no puedo dormir más porque este señor me atormenta, no me deja en paz, supuestamente estaba con prisión domiciliaria en Minga Guazú, pero todo el día deambulaba cerca de mi casa, en Lambaré”, lamentó
Ella conoció en Egipto al muchacho de nombre Fathy Mahmoud Abdelhakim Ghonaim y la enamoró por su “devoción” a Dios, pues oraba 8 veces al día, “parecía muy bueno”, dijo la señora, pero al llegar a Paraguay el tipo se convirtió, he’i.
La enamoró
“Estaba loco por casarse conmigo. Nos casamos en el 2015 y ahí empezaron los maltratos, antes de un año, ya no soportaba las agresiones y sus engaños. Él decía que el diablo le hablaba y le pedía que me mate”, contó.
Ella lo denunció, pero en una ocasión, cuando el tipo fue a sacar sus cosas de la casa se encontraron y fue violento, ella llamó a su hijo para defenderla, pero quedó detenido porque hirió a su padrastro con un arma.
La señora tuvo que aguantar los “pedidos” del tipo para que su hijo no vaya a la cárcel, ya que el hombre la amenazaba con fundirle o matarle.
“Mi hijo quedó libre y ahí comencé nuevamente con las denuncias, se fue 15 días a Tacumbú, luego le salió prisión domiciliaria, que nunca respetó”, alegó.
Ahora responsabiliza a las autoridades si le llega a pasar algo a ella o a su hijo. “Él me dijo que en su país se cobra sangre con sangre y que le va a matar a mi hijo”, reveló.