En época de Stroessner las radioemisoras eran obligadas a interrumpir sus trasmisiones tres veces al día, dos de ellas (al mediodía y al final de la tarde) para al cadena oficial que daba las noticias de interés el Gobierno. Pero luego venía un contenido bastante agresivo, llamado “La Voz del Coloradismo”, de 20:00 a 20:30.
Uno de los locutores más caracterizados del espacio partidario era Alejandro Cáceres Almada, director de radio Nacional y también miembro de la entonces Antelco (luego reconvertida en Conatel). El espacio era utilizado para burlarse, criticar y amenazar a los opositores, medios y periodistas, generalmente con insultos de grueso calibre.
Los adjetivos favoritos
El programa colorado mantenía la misma línea política de ataques que el diario “Patria”, vocero de la ANR, etiquetando a los críticos del stronismo. Así, Rubín era “el barbudo tenebroso”, ABC era “la cloaca de la calle del cementerio”, varios periodistas eran tildados de “comunistas”, “comunistoide”, “pederasta”, “cornudo”,"filocomunista” o “vendidos al oro de Moscú", por ejemplo.
Eran igualmente frecuentes las alusiones al “contubernio líbero-franco-comunista”, “los vendepatrias”, “los legionarios de nuevo cuño”, “los idiotas útiles” o la calificación de “nido de ratas” a los medios independientes. La presentación de “La Voz del Coloradismo” proclamaba “contra la prédica política subversiva que busca la división de la familia paraguaya”.
También recurría a hacer juego de palabras con los nombres de las personas o los medios para remarcar los insultos. Generalmente eran ataques reiterativos y, por supuesto, con total impunidad, sin que los aludidos pudieran tener la mínima posibilidad de defenderse, ni nada.
La cadena partidaria también marcaba la agenda de las persecuciones para las futuras víctimas del régimen, dado que después de los ataques radiales generalmente podría pasar a detenciones, desapariciones y hasta muertes. Aquí, una muestra de la introducción que utilizaba el espacio obligatorio: