“Le abrí las puertas de mi casa y así me pagó”, lamentó don Ramón Heriberto Miranda Estigarribia (54) quien no puede ni asomarse a la vereda de su hogar, en Minga Guazú.
En julio del año pasado, su hijo Alfonso Daniel Miranda tuvo un accidente de moto y se fracturó el hombro. Para recuperarse, fue a vivir a casa de su padre, donde también llegó Diana González, su novia, una fisioterapeuta, quien en ese entonces estaba embarazada.
Como la relación ya no daba más, Daniel se mudó, pero la chica se quedó con el bebé en la casa. Diana y don Ramón no hablaban mucho, pero la joven le pidió su autorización para colocar cámaras de seguridad, con el fin de controlar al niño; sin embargo, también lo controlaba a él, porque veía que él llegaba con amigos y eso le molestaba a la chica, según dijo el afectado.
Ahí comenzó el tormento de don Ramón.
Diana lo denunció por violencia doméstica, alegando que perturbaba su tranquilidad.
“Ese 26 de septiembre me fui a casa y vi que se cambió la clave de mi portón (se abre con control remoto) y no podía entrar más, entonces le pregunté por qué hizo eso y comenzó a filmarme y me dijo ‘hablá con mi abogada’, entonces yo me fui porque mi abogado me dijo que me vaya”, contó.
Además de ser echado de su propia casa, recién el jueves 28 de octubre se enteró que tenía una orden de alejamiento que salió ya el 27 de septiembre.
El hombre presume que la chica “se agarró” con él porque su hijo inició una nueva relación con otra mujer y por eso lo denunció.
“Cuando salió la orden de alejamiento por 90 días, ella tiró mis cosas a la calle; desarmó mi ropero. Esa noche le denuncié, pero ella alega que la casa es de mi hijo y que yo me voy a molestar”, manifestó.
Desde hace más de un mes, él duerme en su taller mecánico y no volvió a su hogar.
EXTRA intentó obtener la versión de Diana, pero la misma respondió que estaba trabajando y no volvió a atender.
Le pesca a su ex, dijo
“En todo momento (Diana) le reclama (a Alfonso) porque tiene novia, y él no puede ir a ver a su hijo. Ellos llegaron a un acuerdo (para ver al niño) y cuando se va a verle, ella le pesca, le espera y le molesta. No puede estar con su hijo”.